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La mirada de Fernando de Silva enfoca a la India

El abogado gijonés recopila en un nuevo libro 82 fotografías realizadas en sus viajes a un país "al que siempre me gusta volver"

La mirada de Fernando de Silva enfoca a la India

Con permiso, respeto y sin esconderse. Esta el fórmula empleada por el abogado gijonés Fernando de Silva Cienfuegos-Jovellanos para retratar a las gentes de la India a lo largo de sus cuatro viajes, que tienen su punto de partida en 1998. Esa aventura, de inicio turística, se convirtió en un enamoramiento del país asiático que resume a través de 82 fotografías, todo retratos, en un libro que presentará este jueves, día 24, en el Café Dindurra, con aforo máximo a 30 personas. "La India no tiene nada que ver con el resto del mundo. Lo que es progreso lo hace adecuadamente, y la clase baja está exactamente igual. Mantiene sus costumbres, puedes ver pobreza pero luego no ves pobreza sino una forma de vida totalmente distinta. Su gente es maravillosa en el trato y la hospitalidad, las miradas directas a la cara y sin titubeos", describe el autor.

El libro, "La mirada de la India", editado por César García Santiago, "que me convenció e insistió para hacerlo", está dividida en siete capítulos en los que un texto escrito por Fernando de Silva sirve de introducción en cada uno de ellos a una serie completa de imágenes. "El libro lo acabé cuando terminó el confinamiento, se retrasó un poco el final porque en estos últimos años me surgió un viaje a la India para ir a una boda y quise incluir un nuevo capítulo", confiesa el abogado gijonés. No falta su particular visión de la orilla del río Ganges, la llegada de la primavera y el Festival Holi o lo que denomina "Caminos de hierro", indios en las estaciones de tren a punto de iniciar viaje. No falta el "cajón de sastre" en las que compartir sus últimas reflexiones, las calles y otras miradas de sus viajes. Cuatro en total, tras su vuelta a India en 2012, 2015 y 2018.

Mención especial merecen dos capítulos. Uno de ellos lleva por título "En un pueblo de cuyo nombre no puedo acordarme". "No había nada que fotografiar, pero en un cuarto de hora convertimos el pueblo en un estudio fotográfico y acabaron todos posando para nosotros", describe. "Me gusta el retrato porque es una forma de captar lo que es una persona a través de su mirada, y para ellos es un honor que les hagan una foto", afirma.

El otro capítulo está dedicado a la fotografía que sirve de portada al libro, y que puede verse abajo a la izquierda. El escenario es una calle principal de barrio de Moti Mahal, en la ciudad de Agra. Está a la orilla del río Yamuna, una zona habitada por los "Dhoti" (lavanderos). Eran las 11 de la mañana del 12 de marzo de 2012 cuando el sensor de la cámara grabó esa imagen, revela el autor en su libro. Era una mujer, sentada en el suelo en compañía de su suegra y de sus dos hijos. Años después, en su tercer viaje, en 2015, llevó esa fotografía y volvió a la casa para entregársela a su protagonista. Allí le dijeron que había muerto. Al menos trató de que la imagen llegase a sus hijos. Esa foto "ha recibido críticas positivas y negativas, pero a mi me entusiasma, y se ha convertido en mi imagen preferida, para siempre. Podré hacer fotos mejores, pero nunca como esta", confirma De Silva. Y eso que en la India "siempre quedan cosas por fotografiar".

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