Un informe de Stopmuro, la plataforma crítica con la peatonalización de la avenida Rufo García Rendueles, asegura que "en el pico más alto, el número máximo de personas por intervalo nunca ha llegado a los 100 paseantes". Unas cifras que chocan con los estudios que manejan en el gobierno local, publicados por LA NUEVA ESPAÑA, y en los que se contabilizaban hasta 2.000 usuarios en una hora. En este documento, que han conseguido hacer llegar a todos los integrantes del Consejo Social (donde se debatirá el futuro del Muro a partir del 1 de octubre), se explicita que "de los controles efectuados se deduce la baja ocupación de los nuevos espacios, tanto por viandantes como por ciclistas, y que presumiblemente bajará con el inicio de la actividad laboral, académica y con las fechas en el calendario, al estar siempre en zona umbría".

Los datos se recogieron entre el 15 de junio y el 15 de julio, tomando diez controles de la ocupación en la nueva zona con intervalos de una hora, entre las 9 y las 23 horas, obteniendo un total de 150 tomas de medición. En esas tomas se realizó una fotografía del kilómetro peatonalizado y se contabilizó cuántos peatones, ciclistas y automóviles había. "Los paseantes en ese periodo han sido 2.443, con una media de 16 personas por intervalo", explica el informe. La cifra baja en lo referente a ciclistas. Fueron 1.432, con una ocupación media de 10 ciclistas por intervalo. El conteo que dio la cifra más alta de peatones fue el del 15 de agosto, a las 20 horas, donde se llegaron a sumar 117 paseantes, según recoge el documento.

Con los datos sobre la mesa, la plataforma entiende que "caminar por el paseo del Muro con mascarilla no tiene mucho riesgo", en referencia a la zona más pegada al mar, la que ya era peatonal antes de estas actuaciones. También resaltan que "saludar a gente a la debida distancia y con mascarilla o hacer deporte por el Muro sin mascarilla no tiene mucho riesgo".

"Cambiar la movilidad y peatonalizar el Muro con la excusa del covid-19 podemos deducir que es una falacia y un gasto innecesario", remarca el informe de Stopmuro. Además, sostienen, "la anulación de dos carriles para los automóviles en el Muro ha incrementado el tráfico" en otras grandes arterias, en las que "ha aumentado la contaminación acústica y atmosférica y los tiempos en los trayectos" con lo que "se originan atascos".

También critican en su informe la peatonalización de la avenida del Molinón, otro de sus caballos de batalla en las últimas fechas. "Se elimina un corredor muy ágil para el tráfico entre el este y el oeste de Gijón, lo que supone retrasar los servicios urgentes". Además, "su eliminación supondrá una sobresaturación del tráfico en la avenida de Torcuato Fernández Miranda", perdiendo igualmente "unas 150 plazas de aparcamiento, sin dar otras opciones a los vecinos de la zona". Del mismo modo, remarcan que "disminuir la circulación de vehículos puede suponer un peligro para los paseantes que lo utilicen de noche, más aún si son mujeres".

En el escrito, que también critica el "despilfarro" del Ayuntamiento -casi mil millones de euros en obras como la Zalia, el metrotren, el plan de vías o El Musel- o las actuaciones llevadas a cabo en Cimadevilla, se concluye que la gestión del Consistorio "está sujeta a improvisaciones, provocó un conflicto con los vecinos y sustituyó plazas de aparcamientos por terrazas sin contar con los vecinos".

Con todo, se especifica que "el resultado de los cambios en la movilidad nos dicen que sin criterio y sin consenso, el conflicto es el resultado" y "crean problemas", remarcando que "si no hay respuestas a las preguntas, el resultado es el enfrentamiento entre el gestor y el administrado".