Las nuevas formas de consumo de cultura que surgieron durante la pandemia, basadas esencialmente en las plataformas on-line "han llegado para quedarse". No obstante, estos nuevos modelos más digitales que nacieron del confinamiento "no cambiarán el sistema de supervivencia de los artistas". Así lo aseguraron ayer el escritor Ricardo Menéndez Salmón, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA; la dramaturga Laura Iglesias y la profesora de Musicología Miriam Perandones en el primer coloquio de la Feria del Libro de Gijón, moderado por Rafael Gutiérrez Testón, también colaborador en este medio.

"La pandemia dejará su huella, pero volveremos a los usos tradicionales", aseguró Menéndez Salmón, que remarcó que el confinamiento "no me ha robado nada en la faceta creativa", ya que "a la literatura, ese sentimiento le sienta bien, la escritura es una forma de confinamiento". De hecho, aseguró el literato, "la creación literaria encuentra en esta soledad un espacio privilegiado".

No obstante, para Menéndez Salmón, "los escritores no están teniendo esa pulsión de hacer del confinamiento un género". En parte porque "es algo tan profundo, complejo y con matizas que tardarían años en decirse algo sensato". Por todo ello, entiende el escritor que "los modos de narrar seguirán siendo los mismos".

No tanto en el sector teatral, donde el streaming está abriéndose hueco a raíz del confinamiento. "Es fabuloso poder acceder a obras en cualquier sitio, pero pierdes el espectáculo en vivo, porque ves lo que la cámara quiere que veas, no lo que tú quieres ver", explica Iglesias, que entiende que "eso ya no es teatro, es un documento". Ella asegura que "quiero verles las caras al público, oírles vibrar, reír, llorar, disfrutar", pidiendo de esta forma "no abusar" de estos nuevos formatos. Al igual que Menéndez Salmón, Iglesias dejó claro que "los creadores quisimos huir del confinamiento como tema, preferimos hacer comedia para evadirnos".

Perandones expuso el caso de la industria musical, la que mejor se adaptó a estas nuevas plataformas online, incluso para realizar conciertos en pequeño formato, esencialmente a través de las redes sociales. "Son formatos que han llegado para quedarse en la industria musical tras el confinamiento", enfatiza Perandones, que apunta sobre todo a las generaciones más jóvenes, "las que mejor se adaptan a estas nuevas fórmulas". En parte también porque la industrial musical "necesariamente tiene que reinventarse" al perder eventos como los conciertos multitudinarios o los festivales, que se encontraban en franco crecimiento antes de la pandemia, con un aumento de ingresos de hasta un 25% respecto a 2018, indicó Perandones.