"Se está trabajando para que todos los alumnos puedan disfrutar del comedor escolar en condiciones de máxima seguridad lo antes posible". Con esta frase reconoció ayer el concejal de Educación, Alberto Ferrao, los fallos organizativos del servicio de comedor en los colegios públicos de la ciudad. No obstante, el edil afirmó que, a día de hoy, sólo seis niños están pendientes de una solución. Según expuso, algunos pequeños no estaban incluidos en los grupos estables de convivencia y, por lo tanto, no se les pudo atender en los primeros días de curso.

"Sí que ha habido el problema de que la lista de niños de comedor salió el día antes de empezar a clase", con poca antelación, indicó el concejal, quien insistió en que las incidencias afectan ahora mismo a "media docena de alumnos", y que se está trabajando para que todo funcione con normalidad en breve. Ferrao salió al paso de las críticas de las familias reflejadas ayer en LA NUEVA ESPAÑA tras mantener una reunión con los representantes de Serunión, la empresa que presta el servicio de comedor infantil en los colegios de Gijón. "No se pudo atender a algunos niños porque no estaban incluidos en un grupo de convivencia estable y no había posibilidad de sentarlos juntos", aclaró ayer también Luis Gómez, director regional de la firma de catering. En este sentido, avanzó que se trata de reorganizar los grupos para garantizar todas las normas de higiene y distancia social, algo que "se está resolviendo ya" con un reajuste de espacios. Una tarea que no está resultando nada fácil: "No podemos olvidar que hay comedores que han pasado de 100 a 40 mesas".

Gómez señaló además que se están resolviendo todos los problemas que se presentaron con la aplicación para apuntar a los niños, que "no funcionaba por una cuestión de protección de datos". Un fallo que se ha podido solventar con la puesta en marcha de una página web "en la que hemos recibido más de 1.500 solicitudes", aseguró el responsable de la empresa. La oficina de Serunión en Gijón está centrada en la resolución de dudas a los padres, garantiza el director regional, con la intención de que todo funcione con normalidad en días.

El concejal Ferrao aseguró que "en ningún caso" los niños tienen que esperar su turno o a la hora de llegada de sus padres sentados en el suelo durante mucho tiempo, como denuncian algunas familias. "Tienen que estar en determinados sitios para guardar las distancias, pero no están sentados en el suelo dos horas", recalcó el edil. Y avanzó que Serunión empezará a impartir en breve las actividades de animación y educación que tenía previstas como complemento al servicio de comedor.

Se harán antes y después de comer "porque hay niños que tienen que esperar su turno", apuntó Luis Gómez. Estas actividades estarán basadas en la concienciación de los niños hacia las medidas anticovid, la educación nutricional y la correcta higiene general. Serán actividades impartidas por los monitores de Serunión.

Las explicaciones de Alberto Ferrao sobre los comedores y las medidas para garantizar la movilidad segura en los colegios no convencieron ayer a la oposición. Especialmente duro se mostró el Partido Popular por boca de la concejala Ángeles Fernández Ahúja, quien no dudó en criticar "el caos y la improvisación" del equipo de gobierno local "en un tema muy sensible y cuando llevamos con esto desde marzo". "Hay un déficit de gestión inaceptable e incomprensible", lamentó Fernández Ahúja, quien recalcó que "no vale la reacción a posteriori". "Hay que actuar antes para prevenir el caos", remató.

Ciudadanos echó en falta "explicaciones más concretas" y puso el acento en los usuarios esporádicos de comedor, que podrían quedarse sin servicio si no avisan con la suficiente antelación. "Esta no es manera de ayudar a la conciliación", lamentó la concejala Ana Isabel Menéndez.

La portavoz municipal de Podemos, Laura Tuero, destacó que "tenemos una herramienta para poder valorar y abordar los diferentes problemas, que son muchos, que se están encontrando familias y centros educativos en el uso del servicio de comedor en este inicio de curso: la comisión de seguimiento que fue aprobada en Pleno a petición nuestra".

“Iban a dejar a mis hijos en la puerta del colegio”, denuncia un padre

Algunas familias tuvieron que recoger de urgencia a sus niños al no figurar en las listas: “No se puede empezar así el curso”

Sus hijos pudieron utilizar ayer finalmente el comedor, pero el arranque de curso no ha podido ser más accidentado para la familia de Borja López. Este gijonés tiene dos niños de tres y siete años en el colegio Atalía. “Aunque la aplicación del servicio decía que todo estaba en orden, el martes me los dejaron fuera y el miércoles tampoco querían dejarles entrar”, lamentó ayer López. “Menos mal que una compañera llamó a mi mujer para avisar, que tuvo que salir del trabajo para ir a buscarlos, porque simplemente los iban a dejar en la puerta. El director, eso sí, nos defendió y está intentando que ningún niño se quede sin comer”, explicó el padre, que ayer sí pudo dejar a los niños en el comedor con evidente alivio. “El problema, dicen, es que no les aparecen inscritos en la aplicación, pero sí estamos. No se puede empezar así el curso”, afirmó. “Menos aún cuando la nueva empresa lo primero que hizo fue subir de sesenta y pico a cien euros el precio”, añadió.

Otros padres también han visto cómo sus hijos no aparecían en las listas o directamente les habían asignado un colegio distinto para el servicio. O incluso que constaban en las listas alumnos que se habían dado de baja del servicio. Las incidencias asociadas a las listas antiguas están en vías de solución según la empresa, pero las familias afectadas lamentan el “apurón” que se han llevado en un par de días con el riesgo de que los niños se quedaran a la puerta del colegio.

López quiere agradecer al director del colegio Atalía, Mikel de la Torre, su esfuerzo para que los niños pudieran hacer uso del servicio. “Nos garantizó que se ocupaba personalmente y por lo visto funcionó”, subrayó. Además, en la tarde de ayer, recibió un correo electrónico de disculpa por parte de la empresa. “Algo es algo, pero hay modos de proceder que son lamentables”, finalizó, con disgusto.