La Fundación Alvargonzález está de fiesta estos días con la artista ovetense afincada en Gijón Gabriela Méndez. La sala cultural de Cimadevilla festeja su exposición número 300, todo un hito que tiene como protagonista la muestra pictórica "Leer en calma'", una serie de doce cuadros que invitan a la reflexión y el placer de la lectura.

"El mundo de los libros siempre me ha gustado mucho, y trato de unir ese sosiego que transmiten con la necesidad de combinar la tranquilidad con el bullicio que nos rodea, también en nuestra propia casa, con la familia, los amigos y el día a día", explicaba ayer la artista antes de inaugurar de forma oficial la exposición.

Con ella ha querido hacer un llamamiento "a poner en valor los momentos de reposo, de tranquilidad", cada vez más necesarios y más escasos "en un mundo acelerado que va muy deprisa". Y en el que el papel se ha visto relegado por el mundo digital, con lo que los cuadros son también una alegoría al placer de pasar páginas en un entorno agradable.

Gabriela Méndez define su obra y su creación como "de trazo suelto, holgado. Llevo toda la vida pintando, el dibujo me gusta mucho y también lo combino con el óleo", explica. "Trato de capturar belleza", reconoce, la misma que queda plasmada en la docena de creaciones que se muestran en la Fundación Alvargonzález hasta el próximo día 9 de octubre.

Con el encanto además de ser la muestra número 300 organizada por esta entidad ubicada en el corazón del barrio de Cimadevilla y fundada por Juan Alvargonzález González (1919-2013). La primera exposición organizada por la Fundación se celebró en diciembre de 1993 y fue un homenaje al fotógrafo gijonés Constantino Suárez (1903-1983). Dicha exposición reunió 25 instantáneas de las 170 incluidas en el libro "Gijón 1920-1935, en las fotografías de Suárez", editado por la propia Fundación. A lo largo de los últimos 27 años artistas de la talla de Edgar Plans, Marco Navas, Manu Brabo o Federico Granell han expuesto sus obras en la sala de Cimadevilla, que tiene como objetivo impulsar la obra de artistas noveles asturianos.

El edificio que hoy es sede principal de la Fundación fue desde su construcción vivienda unifamiliar, adquirida en 1972 por Juan Alvargonzález con la idea de formar un archivo documental e iconográfico relacionado con la familia, partiendo de los fondos heredados de sus antepasados. El año 1993 fue el primero de vida real de la Fundación, con la creación de varios premios y becas. Su actividad ha sido intensa desde entonces, y ha logrado el hito de los tres centenares de exposiciones con notable éxito de público. Y como acicate para celebrar, al menos, otras tantas.