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Arqueros profesionales abatirán jabalíes en la zona rural para diezmar su población

Los animales serán atraídos a los puntos de sacrificio con alimento l "Matar con flechas es un sistema eficaz", defienden los expertos

Arqueros profesionales abatirán jabalíes en la zona rural para diezmar su población

Flechas para frenar la población de jabalíes. Ese es el plan diseñado por el Ayuntamiento de Gijón y la Dirección General de Medio Natural del Principado ante el imparable aumento de ejemplares de esta especie en la zona rural y en las afueras de la ciudad. La intención del gobierno local es instalar los primeros "puntos de sacrificio" antes de que termine el año y aumentarlos progresivamente en 2021. La tarea correrá a cargo de arqueros profesionales, especialmente entrenados. Estos profesionales estarán dotados de medidas de seguridad para llevar a cabo su labor, idéntica a la que ya se realiza desde hace tiempo en otros concejos de Asturias, como Oviedo.

A lo largo del verano, responsables de la concejalía de la Zona Rural mantuvieron reuniones con otros de la Dirección General de Medio Natural del Gobierno autonómico para buscar soluciones a las cada vez más habituales incursiones de los jabalíes en muchas zonas del concejo (Cabueñes, Deva y Castiello son algunas de las parroquias que registran más incidentes). Finalmente, se optó por el plan de los arqueros al entender que es el más efectivo y el que más se ajusta a la realidad de las parroquias gijonesas.

El método difiere, según los expertos, considerablemente de la caza recreativa. Fundamentalmente, porque se basa en el uso de cebos, hay mucha distancia entre el animal y el tirador, que está situado en un punto elevado a unos 15 metros del suelo (generalmente un árbol), y el suido apenas sufre. En cada punto de sacrificio, se coloca maíz para atraer a los cerdos salvajes. Una vez llegan, el arquero les abate con sus flechas. La muerte se produce prácticamente en el acto. Muy distinto a lo que ocurre en una batida, donde los cazadores efectúan sus disparos a una distancia de unos 50 metros. Por último, con las flechas no se corre el riesgo de que haya un rebote peligroso, como sí ocurre con las balas. "Los arcos son sofisticados y las flechas pueden atravesar al animal. Se ha comprobado que generan mucho menos estrés", describe Carlos Nores, profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo y uno de los mayores conocedores de los jabalíes en el Principado. "Hay que diferenciar. Esto no es un método de caza sino un método de control eficaz", defiende el investigador.

El aumento de la población de jabalíes es evidente en los registros regulares que llevan a cabo las autoridades autonómicas, a raíz de las constantes denuncias que se producen tanto en zonas rurales como urbanas. Según datos de la Dirección General de Medio Ambiente del Principado, en 1993 se abatieron 1.526 ejemplares, por los 11.599 animales cazados en 2018. Los datos nacionales confirman también este exceso de ejemplares en el resto del país. En toda España, se cazaron en 2005 149.000 jabalíes, por los 320.000 a los que se dio muerte en 2015, la fecha de la que data el último registro hecho oficial.

Este sistema de los arcos y las flechas ya funciona en otros puntos de Asturias, como es el caso de Oviedo, donde se implantó hace tiempo debido a las constantes llegadas de los suidos a calles de la ciudad. A fecha de marzo de este año, en la capital se habían contabilizado ocho intervenciones de este tipo. Un número considerablemente inferior a las ochenta que tuvieron lugar en la primera mitad de 2019.

En Gijón, las quejas vecinales en la zona rural por los daños ocasionados en cultivos y fincas por los suidos son una constante. También se han producido avistamientos en las zonas urbanas (un ejemplar llegó incluso a recorrer el "solarón" durante el confinamiento, ante el asombro de muchos vecinos de un área densamente poblada). En septiembre de 2019, una manada provocó severos desperfectos en cuatro hoyos del campo de golf municipal de El Tragamón y, en 2017, se clausuró un parque en Nuevo Roces tras el ataque de uno de estos mamíferos a un perro, lo que generó una gran preocupación entre los residentes. Solo un mes antes, la Policía Local tuvo que abatir a tiros a un ejemplar solitario ente la avenida Schulz y la calle Mieres. Son solo algunos ejemplos de los trastornos que han ocasionado los cerdos salvajes recientemente. De ahí que el Ayuntamiento haya decidido poner coto a su superpoblación optando por el arco y las flechas.

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