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LEVI PÉREZ CARCEDO | DECANO DE LA FACULTAD DE COMERCIO, TURISMO Y CIENCIAS SOCIALES

"Debemos modernizar Turismo ajustándolo a la demanda, que sea más digital y práctico"

"El aparcamiento es un grave problema: llegamos a suspender alguna clase porque el profesor no tenía dónde dejar el coche"

Levi Pérez Carcedo, a la entrada de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales, en las instalaciones de la Universidad Laboral. Á. G.

Levi Pérez Carcedo es el decano de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales "Jovellanos" desde 2016. Profesor del área de Economía, afronta este curso con la celebración de los diez años de la transformación de la Antigua Escuela de Comercio en facultad, un cambio trascendental que ha colocado al centro como el sexto con más alumnos de la Universidad, con nuevos retos para consolidarse en la vanguardia formativa.

- ¿Qué suponen estos diez años como Facultad?

-Para nosotros supone subir al siguiente nivel, porque hasta hace diez años éramos una escuela universitaria que sólo podía ofertar estudios de diplomatura. El poder impartir grados fue un paso más, un orgullo tanto para nosotros como para Gijón. Hasta ese momento no existía una facultad en la ciudad: la Politécnica no deja de ser una escuela y Marina Civil, lo mismo. Hemos convertido las diplomaturas en grados, pero con una importante modificación. Los estudios de Empresariales desaparecieron y lanzamos Comercio y Marketing, del que estamos muy orgullosos y que tiene una enorme proyección. De hecho, no podemos crecer más por las limitaciones de espacio. Pero si pudiéramos hacerlo, ese grado tendría muchísimos más alumnos.

- ¿Cuántos hay ahora mismo en Comercio y Marketing?

-En la actualidad más de 700, pero cada año entran de nuevo ingreso unos 200, y por cuestiones de espacio no podemos pasar de ahí. Hace dos cursos decidimos restringir el acceso porque llegamos a tener 230 alumnos de nuevo ingreso. Tenemos que tener en cuenta que esta Facultad se diseñó pensando en el "plan Bolonia", que luego no se implantó como estaba pensado. En principio, se habló de grupos de teoría muy reducidos, y lo mismo con las prácticas, con lo que las aulas que tenemos son muy pequeñas: solo hay una con más de 100 puestos. Luego no se aplicó el plan como se había pensado, y nos encontramos con el problema de que no tenemos dónde meterlos.

- ¿Por qué ese tirón de Comercio y Marketing?

-Yo creo que es porque el plan de estudios está muy bien diseñado, es uno de los pocos casos en la Universidad en el que el diseño ha estado bien desde el principio, y a los alumnos les gusta. También creo que el nombre del grado ha sido un acierto, ha resultado muy atractivo y hasta el curso pasado era el único con esa denominación en todo el sistema universitario español. El marketing, la publicidad y las relaciones públicas tienen mucho tirón entre los alumnos. De hecho, observamos que, cuando los alumnos tienen que elegir los trabajos de fin de grado, la inmensa mayoría quiere hacerlo de marketing.

- ¿Qué índice de inserción laboral tiene este grado?

-Hay un poco de todo. La mayor parte de los alumnos buscan un posgrado, y tenemos muchas peticiones de recomendaciones en este sentido, especialmente en marketing digital. Llevamos ya mucho tiempo pidiendo a la Universidad que es necesario implantar el posgrado porque vemos que tiene mercado y no se imparte en ninguna comunidad autónoma limítrofe. Estamos viendo cómo muchos de nuestros alumnos se tienen que ir fuera a escuelas privadas para especializarse en este campo, cuando si tuviéramos aquí la oferta, retendríamos talento y captaríamos mercado de otras provincias.

- ¿Por qué no sucede lo mismo con Turismo?

-Los estudios de Turismo decayeron por una cuestión de mercado. Pegaron un bajón importante en los últimos años y desde hace dos o tres cursos se han estancado, ya han tocado fondo. Es un problema de mercado, el perfil de egreso que tiene el grado no está pensado para el mercado actual y muchos alumnos que hacen un grado en Turismo acaban teniendo que trabajar en lo que pueden: en la recepción de un hotel, de guías turísticos... y se frustran. Y también hay un desconocimiento muy grande, y eso es también culpa nuestra, de los alumnos que empiezan el grado. Muchos no saben lo que se van a encontrar aquí, tienen un concepto totalmente distinto de lo que van a estudiar. Turismo es un reto que tenemos por delante como Facultad.

- ¿Cómo lo afrontarán?

-Debemos iniciar un proceso de modificación del grado importante, del plan de estudios y del perfil de egreso al mercado actual, con más contenidos digitales, presencia del idioma en todas las asignaturas de la carrera, más contacto con la empresa desde los primeros cursos, otro perfil de empresas en las que hacer las prácticas... Incluso nos planteamos diseñar un semestre liberado de asignaturas para que los estudiantes puedan hacer prácticas fuera de Asturias, en empresas relevantes. Todo esto requiere un proceso administrativo muy largo y duro y ahora se ha parado todo con el covid. Pero seguiremos trabajando en este sentido, porque creemos que es un grado que tiene futuro. Hay que adaptarlo a los nuevos tiempos porque tiene muchas debilidades. Ahora estamos en torno a los 60 alumnos de nuevo ingreso todos los años, y en ese aspecto no está mal. Trabajo Social también funciona bien y tiene buena demanda, con unos 100 alumnos cada año. Y el grado de Gestión y Administración Pública se convirtió en 2015 en modalidad a distancia, con unos inicios regulares. Pero en la actualidad también marcha bien después de muchos reajustes. Este año hemos conseguido llegar a los 20 alumnos de nuevo ingreso, estamos satisfechos.

- ¿Qué planes hay sobre la mesa?

-Fundamentalmente, impulsar el grado en Turismo, afianzar el ecosistema que hemos ido creando en torno a él junto con el máster, la cátedra y el SITA. Y además, crecer en estudios de posgrado: sacar adelante alguno para Marketing, afianzar los que tenemos de Turismo y Transporte y Gestión Logística, y ver si podemos sacar otro para Trabajo Social, un máster universitario en el ámbito sociolaboral y sociosanitario.

- ¿Cómo les beneficia estar ubicados en el corazón de la Milla del Conocimiento?

-Lo hemos notado mucho, la colaboración con el Parque Científico e Impulsa es muy buena. Lo que echo un poco en falta para mejorar las sinergias es tener más iniciativas desde la Universidad a nivel de campus. Somos tres centros: Marina, la Politécnica y nosotros. Y creo que si nos unimos podemos sacar más proyectos conjuntos adelante.

- El aparcamiento sigue siendo un grave problema en este entorno...

-Sumamos 1.500 alumnos, somos el sexto centro más grande de la Universidad, y si bien las instalaciones son excepcionales, el aparcamiento es un problema grande. Necesitamos un plan de movilidad en el que participen el Ayuntamiento y el Principado, porque hemos tenido días en que se han quedado clases sin dar porque los profesores no tenían dónde aparcar. La mayoría de nuestros profesores son compartidos y, cuando llegan de dar clase de Oviedo, no tienen dónde dejar el coche. Es un grave problema que habrá que afrontar.

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