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RAFAEL GONZÁLEZ-QUIRÓS FERNÁNDEZ | NUEVO DIRECTOR DEL OCEANOGRÁFICO DE GIJÓN

Un timonel comprensivo y comunicativo

Aficionado a la montaña y al rock de los ochenta, asume el reto de relanzar el centro gijonés tras pasar año y medio en las oficinas de Madrid

Un timonel comprensivo y comunicativo

El pasado 21 de septiembre, Rafael González-Quirós tuvo dos celebraciones. La primera, fue por cumplir años. Y la segunda, por estrenar su cargo como director del Oceanográfico de Gijón, la que fue casa entre el 2008y 2019. Nacido en Oviedo, en 1967, el investigador asume un reto mayúsculo. Muy aficionado a la montaña y al esquí, la jefatura del centro del IEO es la mayor cumbre profesional que ha coronado. Con una dilatada carrera, asume el reto de ayudar a reflotar un organismo que atraviesa una crisis interna en toda España tras su integración en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) este verano.

González-Quirós lleva un año de emociones intensas. En marzo, dio positivo en coronavirus. El ovetense trabajaba en Madrid, primero como subdirector del IEO, un cargo al que llegó en 2019, y luego como director en funciones. Poco antes de declararse el estado de alarma, regresó a Asturias con síntomas. Tenía fiebre y cansancio, pero el virus no le doblegó. A los pocos días, pudo empezar a teletrabajar, confinado en la planta baja de su casa de La Fresneda.

En ese lugar reside con su mujer y sus dos hijos, uno de quince y otro de diez años. Y con su perrita, "Trufa", con la que disfruta dando buenos paseos por la mayor urbanización de Asturias. Aficionado a la lectura, el libro que se trae ahora entre manos es "21 lecciones para el siglo XXI", del historiador israelí Yuval Noah Harari. En su reproductor de música no suelen faltar ni David Bowie ni Prince, ni unos cuantos temas de los ochenta, la época de su juventud.

González-Quirós asumió oficialmente el cargo de director del Oceanográfico de Gijón el miércoles de la pasada semana. El martes, para una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, regresó a la que fue su casa durante tantos años. Un buen puñado de colegas le recibió con efusividad, a pesar de que no estuvo lejos más de un año y medio. Y tampoco es que se separase demasiado de Asturias porque los fines de semana, cuando libraba de su trabajo, regresaba en coche desde Madrid hasta su domicilio para pasar los sábados y los domingos en casa, cerca de su familia.

González-Quirós mantuvo una breve charla con Javier Cristobo, el que fue director del Oceanográfico de Gijón durante los últimos once años. La inclusión del IEO en el CSIC por parte del Gobierno central a principios del verano provocó un torbellino de reacciones. Cristobo, firmemente en contra de la medida, presentó su dimisión junto a la de cuatro de sus nueve homólogos en los centros oceanográficos de España. A la salida del gallego también contribuyó la galopante crisis financiera que anquilosa al IEO en particular y a la ciencia española en general.

El nuevo director entiende la inclusión del IEO en el CSIC como una oportunidad más que como una afrenta. Aunque conoce los riesgos y sabe que el organismo al que se debe puede quedar soterrado en una administración considerablemente más grande. A pesar de las diferencias de criterio, González-Quirós cuenta con el apoyo de Cristobo. "Es una gran elección y la persona adecuada para el puesto", resume el gallego, que define a su sucesor como una persona "comunicativa, que será capaz de resolver los problemas si goza del apoyo de Madrid".

El currículum de González-Quirós como investigador es contundente. Estudió Biología en la Universidad de Oviedo, donde también se doctoró realizando su tesis sobre las primeras fases larvarias de los peces. Realizó el posdoctorado en Estados Unidos y trabajó durante cuatro años estudiando las pesquerías del Golfo de Cádiz. Llegó a Gijón en 2008 y se marchó en 2019. Ahora, regresa tras su experiencia en la capital de España para coronar una de los mayores cumbres de su carrera. Relanzar la que fue casa tanto tiempo.

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