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La crisis se recrudece: Cáritas ya atiende al doble de beneficiarios que hace un año

La entidad se ha visto obligada a movilizar 120.000 euros desde que estalló el covid, con perfiles sociales que nunca habían pedido ayuda

Dos personas, la semana pasada, pidiendo ayuda en la calle Jovellanos. ÁNGEL GONZÁLEZ

La crisis derivada de la pandemia por el coronavirus está llevando a Gijón a cifras superadas hace mucho tiempo, con poca previsión de que la situación pueda mejorar. Cáritas, entidad de referencia en la atención a quienes lo están pasando, no da abasto y los números son demoledores. En seis meses se ha duplicado el número de personas que llaman a su puerta en la ciudad en demanda de ayuda de todo tipo, lo que ha obligado a movilizar el triple de recursos de los que se disponía el año pasado por estas mismas fechas.

De marzo a septiembre, la entidad atendió a 2.700 personas, "el doble que el año pasado en el mismo periodo de tiempo", recalca Yolanda Miranda, coordinadora de Cáritas arciprestal de Gijón. Una cifra "muy elevada", que además no deja de crecer y que se acompaña de un perfil nuevo, el de personas que hasta ahora "venían tirando con sus trabajos precarios, pero que nunca habían acudido a nosotros hasta ahora", reconoce. Se trata en su mayor parte de mujeres dedicadas al servicio doméstico y trabajadores que salían adelante "haciendo chapuceas", en su mayoría en el ámbito de la economía sumergida, a los que la ola del coronavirus ha golpeado sin piedad y que ahora se ven obligados a solicitar ayuda cuando nunca antes lo habían hecho.

A ellos se suman, de forma cada vez más preocupante, "todos los peticionarios de asilo que ahora se quedan fuera de la red de ayudas públicas y que vienen a nosotros; cuando todo falla nosotros tenemos más personas que atender que nunca", reflexiona la coordinadora arciprestal con evidente preocupación por la situación.

Para hacer frente a todas estas necesidades, el gasto invertido en atención a las personas desde marzo a septiembre fue de 120.000 euros, una suma que triplica la del año pasado y que previsiblemente deberá seguir aumentando para dar cobertura a las necesidades básicas de muchas familias, abocadas ahora a muchas más dificultades.

Entre ellas, Yolanda Miranda pone sobre la mesa el problema de la vivienda y el alza despiadada de precios con el que unos pocos tratan de aprovecharse de las desgracias ajenas. "Por menos de 450 euros al mes no se encuentra ningún piso en alquiler ni siquiera en Tremañes", denuncia la responsable de Cáritas. Y lo mismo sucede con las habitaciones alquiladas: "Han pasado de unos 190 euros a 250 al mes, lo que dificulta mucho que las personas que están en la calle tengan un sitio para recogerse y protegerse de la pandemia".

Por todo ello, el esfuerzo que se está haciendo para dar una oportunidad a quienes disponen de menos recursos es enorme, y "siempre basada en mantener su autoestima y su autonomía, no podemos caer en el asistencialismo de hace años", clama Miranda. Por ello las ayudas que se han dado a las personas vulnerables se han canalizado por dos vías fundamentales: "el ingreso de ayudas económicas en su cuenta bancaria, y si no la tienen con ingresos para que puedan sacar el dinero de un cajero a través del móvil". Sólo en casos muy puntuales se han entregado vales para hacer uso de ellos en los supermercados, porque "confiamos en las personas y queremos que ellas mismas sean las que tomen las riendas", explica.

En este sentido Miranda apuesta por un rejuvenecimiento de los voluntarios, que en la actualidad son en su mayoría mayores de 70 años, y afirma que se mantendrá el esfuerzo como hasta ahora, con personal trabajando estos meses "14 y 15 horas al día, y eso es algo muy de agradecer".

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