La reforma del Sanatorio Covadonga será finalmente un macroproyecto que cambiará, en esencia, todo el centro sanitario. El nuevo dueño del complejo, el médico y empresario Jesús Kocina, ha diseñado un ambicioso plan que confía comenzar por el área de Cirugías, que estrenará tres quirófanos con una equipación mucho más moderna. Ya solo este primer avance rondará el millón de euros de inversión. Pero el proyecto irá mucho más allá. La propiedad pretende acometer una obra integral en todo el centro, "planta por planta", a partir del año que viene, que incluirá la renovación completa de Radiodiagnóstico y Resonancia -otro servicio muy costoso de cambiar debido a que cada aparato también supera el millón de euros-, una nueva Unidad de la Mujer -para aunar en una misma planta a especialistas en Ginecología, Nutrición, Cirugía de reconstrucción y Oncología- y hasta un puesto de UCI para urgencias muy graves. Toda una "revolución" de arriba a abajo.
El propio servicio de Urgencias también se remodelará y ampliará considerablemente su plantilla para ofrecer atención específica (con traumatólogos o cardiólogos de guardia) las 24 horas, ya que se quedaba mermado hasta ahora en las guardias nocturnas. La idea del nuevo gestor es ir cambiando el hospital planta por planta, porque esa transformación incluye una reorganización interna para agrupar los espacios con competencias afines. El mejor ejemplo será la citada Unidad de Mama. Según los primeros planes, ocupará el ala norte de la segunda planta y será una de las apuestas más firmes del macroproyecto. "Creemos que esta unidad podrá ser un punto de referencia para las pacientes, que muchas veces sienten que las marean cuando tienen que moverse por varias partes de un hospital que no tienen por qué conocer. Y tienen razón. Es más efectivo que haya, al menos, una unidad específica que coordine la atención", razona Kocina.
La renovación de los quirófanos supondrá también mejoras en el área de Reanimación y la inclusión del ya citado puesto de UCI. Otras unidades del hospital, como la de Psiquiatría o la de Daño Cerebral, tendrán ubicaciones propias dentro del complejo. Todas, en general, ganarán espacio y personal. "No es necesario ampliar nada sobre el terreno, el edificio es enorme, pero casi la mitad de los espacios están sin aprovechar. Y no queremos meter camas de hospitalización sin sentido, con 30 o 40 será suficiente, y así el resto lo podemos dedicar a la atención. Lo iremos acordando con cada servicio médico, para adaptarnos a sus necesidades", completa el propietario, que está también en negociaciones para impulsar un sistema de telemedicina -con unas pulseras inteligentes que medirán a distancia las constantes vitales del enfermo- y ofrecer algún tipo de ayuda a domicilio e incluso cirugías o tratamientos con financiación por mensualidades para aquellos que no puedan afrontar el pago de una sola vez.
El complejo sanitario también lucirá una cara nueva, de acuerdo a los planes de reforma. Kocina planea renovar los accesos y la señalización de entrada al hospital, que a su juicio han quedado "anticuados", y estudia si las fachadas podrán recuperarse con un simple lavado a fondo o si tendrán que recubrirse con un material nuevo. "La idea es que, si vamos a cambiar todo el hospital por dentro, por fuera también tiene que notarse. El centro tiene que volver a ser atractivo", concluye Kocina.
