La lucha contra el olvido prosigue. Los "niños de la guerra" han iniciado los trámites para constituir una asociación que incorpore a familiares, en segunda y tercera generación, de evacuados a Rusia durante la Guerra Civil española. Además, el colectivo también se encuentra en plena construcción de una base de datos documental sobre todos los niños, maestros, educadores y evacuados, "identificados con el esfuerzo de familiares e investigadores, y con el objetivo de que ninguno de aquellos niños quede sin su justa memoria". Será una página web que recopile testimonios de los que un día se vieron forzados a abandonar su patria para vivir su infancia y su juventud lejos de sus raíces.

Leonardo Borque destacó ayer la necesidad de "recuperar toda la documentación que sea posible" y animó en nombre de la asociación "Lázaro Cárdenas" y del Ateneo Obrero de Gijón a "dirigirse a la web niñosderusia.org para aportar información", en un proyecto que busca que las nuevas generaciones no olviden. "El conocimiento es el que ofrece la reparación, es justo en sí mismo", apostilló Gonzalo José Barrena, uno de los nacidos en Rusia tras el exilio de sus padres.

Ambos intervinieron ayer en la explanada de la playa de El Arbeyal ante el monumento conmemorativo del 83.º aniversario de la partida desde el puerto de El Musel de un convoy de niños, hijos de republicanos, con el estallido de la Guerra Civil. Ya viven muy pocos de ello, y los pocos que quedan ayer no pudieron asistir al acto "por precaución, porque ya son muy mayores". Pero "están en espíritu", recalcó Barrena, para "dar las gracias al pueblo soviético por la acogida que nos dieron" y para llamar a atención sobre la necesidad de "transmitir a las generaciones venideras la experiencia de comprensión a la acogida de los refugiados".

En el acto se dio lectura a un poema de Carmen Castellote, residente en México y "última poetisa viva del exilio en Rusia", titulado "Caminos de luz". Y, como cada año, se llevó a cabo la ofrenda floral en el monumento por los 100.000 niños evacuados desde el Musel con sus maestros en 1937.