Mantener las terrazas hosteleras en la calle Claudio Alvargonzález tras el verano "no sale rentable". Así lo aseguran los gerentes de los negocios de la zona, que aseguran que la peatonalización de la vía durante el verano fue una "buena medida", pero que se torna insuficiente con la llegada del mal tiempo y la marcha de los turistas. Una peatonalización -la de la propia calle, además del tránsito de las Ballenas- que le valió al equipo de gobierno local muchas críticas por parte de los vecinos de Cimadevilla y que en otoño tampoco parece convencer a los responsables de los bares.
"Se avecina un desastre", avisa Soledad Sanicelli, gerente de La Habana, que asegura que "es muy probable que nos acabe compensando más cerrar y volver al ERTE". La hostelera tiene la licencia de terraza prorrogada hasta el 31 de este mes y asegura que "aunque las ventas no acompañan, no queda otra que seguir y esperar". Sobre todo, tras un verano en el que, asegura, "tampoco se vendió muy bien". Con todo, Sanicelli se muestra preocupada por el futuro más inmediato del ocio nocturno en la ciudad. "Cuando acabe la terraza, no sé qué pasará, porque la gente no nos concibe como cafeterías, sino como bares de copas", explica como queja a la prohibición de abrir en horario nocturno, aunque sí que puedan hacerlo durante el día.
Así lo cree también Eduardo Fanjul, del Colonial. "La idea en verano fue buena, pero en invierno no nos sirve". Y asevera que "nos vemos abocados a no abrir hasta que la situación mejore, a excepción de algún fin de semana que venga bueno y podamos montar la terraza, porque con este tiempo, no tiene sentido". Para Fanjul, "esta no es la solución para sacar el negocio adelante". Precisamente por ello, propone al Consistorio una medida de más calado: peatonalizar definitivamente la calle, creando una plataforma única y permitiendo colocar terrazas con estructuras fijas que hagan viable estas instalaciones durante todo el año, con independencia de la meteorología.
"En 'stand by' hasta que nos dejen volver a abrir por la noche". Así se encuentra también el Genius Soda-Room de Ángel Paraja. "Seguimos con bastantes problemas, porque entre semana ya casi no hay clientes y los fines de semana, si no hace bueno, no te da ni para cubrir gastos", indica. Por eso él, como otros muchos, ha optado por dejar el negocio temporalmente paralizado "a la espera de buenas noticias" que les permitan poder volver a desarrollar su actividad esencial: la apertura en horario nocturno, para lo que están concebidos estos locales. "La terraza así no es rentable y no se pueden soportar tantas pérdidas, hay que reducir gastos", sentencia Paraja.
