Casi 4.000 multas por exceso de velocidad en apenas tres meses. Ese es el saldo que deja la cruzada de la Policía Local de Gijón contra esas acciones de conducción temeraria que incluyen las carreras ilegales que los vecinos, sobre todo de la zona rural, no dejan de denunciar. El largo seguimiento policial del problema, incluyendo despliegues como el desarrollado este fin de semana y en el que pudo estar presente LA NUEVA ESPAÑA, parece estar surtiendo efecto en la zona este, la más afectada por estos "rallyes" ilegales .
En concreto, son 3.803 las denuncias que se han contabilizado por exceso de velocidad en los meses de julio (1.434), agosto (657) y septiembre, el mes con más infracciones: 1.712. Estas denuncias, según informan fuentes del cuerpo, se ponen durante la vigilancia "normal" de las vías, gracias al radar TruCam -la conocida "pistola láser" que llevan las patrullas policiales.
Esta "presión" policial se llevó a cabo esencialmente en cuatro zonas distintas. Una de ellas, comprendida por las avenidas Pecuaria, Albert Einstein y de Justo del Castillo. En estos tramos, se realizaron 1.584 denuncias (592 en julio, 263 en agosto y 729 en septiembre). También por encima de las mil infracciones la segunda de las zonas, que abarca la carretera de Somió al Infanzón y que suma un total de 1070 multas (445 en julio, 189 en agosto y 436 en septiembre).
Números menos abultados, pero aun así llamativos en la zona de La Providencia y el Infanzón, con 666 denuncias en estos tres meses, repartidas en 200 en julio, 141 en agosto y 325 en septiembre. Los números se completan con las denuncias realizadas en la avenida del Jardín Botánico y la carretera de Villaviciosa: 483, a razón de 197 en julio, 64 en agosto y 222 en septiembre.
Estas multas arrojan resultados sorprendentes, con velocidades que llegan a duplicar la máxima permitida de 50 kilómetros por hora. Así, en la avenida de Albert Einstein, un coche fue "cazado" a 116 kilómetros por hora y otro a 103. En la avenida Pecuaria, hasta 4 coches llegaron a duplicar la velocidad máxima permitida, alcanzando los 107, 105, 104 y 101 kilómetros por hora. A 105 kilómetros por hora fue visto un coche en la carretera de la Providencia y superando los 95 kilómetros por hora se avistó a otro por la carretera de Somió.
Estas penalizaciones no son notificadas al infractor en el momento, sino que el conductor tiene constancia de ellas cuando llegan a su domicilio. Por ello, esta "vigilancia permanente" que remarcan desde la Policía Local, gracias a estos "radares camuflados", se complementa con llamativos despliegues como el de este fin de semana en las zonas más conflictivas y que tienen una doble razón de ser: de un lado, multar propiamente a los infractores que sean pillados in fraganti; y, de otro, "potenciar nuestra visibilidad en esos tramos, identificar directamente a los infractores e imponerles las multas en el acto, ya que nada más cometer la infracción, se le entrega la denuncia", explican desde el cuerpo.
El trabajo de la Policía Local se concreta en su territorio competencial. Una parte de esas carreras ilegales que se denuncian tienen lugar en espacios que son responsbilidad de la Guardia Civil. Las competencias de la Local llegan hasta la ronda de entrada a la ciudad, a excepción del polígono de Roces y el barrio de Nuevo Roces, donde ellos asumen las competencias en base a un acuerdo de la Junta Local de Seguridad de septiembre de 2010.
Así, estos "rallyes" que ocurren en las parroquias de Veriña, Monteana, Deva y Serín o incluso junto a la Zalia "no son competencia de la Policía Local de Gijón ni de su Ayuntamiento", sino de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, bajo el mando de Delegación de Gobierno. En concreto, y como detalle a tener en cuenta, la competencia de la Policía Local en la carretera de Somió finaliza en El Tasqueru; en el camino de la playa de Estaño hasta GI-2 y en la N-632 hasta el llagar de Cabueñes.
