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La falta de personal en las escuelinas impide crear aulas burbuja, alertan las educadoras

"Es imposible aplicar los protocolos contra el virus sin cubrir las bajas", avisa Usipa l "Lo hacemos lo mejor que podemos", dicen las docentes

Niños en la escuela infantil de Montevil, el curso pasado. ÁNGEL GONZÁLEZ

El positivo por covid-19 de un alumno de la escuela infantil de Viesques ha destapado la "ineficaz" gestión del Ayuntamiento de Gijón de la vuelta a las aulas en el ciclo de cero a tres años, según señalan los sindicatos. Este contagio mantiene en sus domicilios a 18 niños de su misma burbuja -grupos estancos de pequeños, sin contactos con otros, para evitar una rápida propagación- y cuatro educadoras del centro. En un primer momento se especuló con la opción de que se aislase también a una quinta docente, perteneciente a otra de las burbujas del centro, por haber mantenido contacto con el menor. Una situación que, critican desde la Unión de Sindicatos Independientes del Principado (Usipa), es común a todas las escuelinas de la ciudad.

"Se rompe lo que se define en el protocolo como burbuja educativa, es decir, que cada educadora solo trabaje en un aula para no tener contacto con el resto de personal y de niños y niñas, ya que la carencia de personal las obliga a prestar apoyo a las compañeras", afean desde Usipa en un comunicado. "De nada sirve elaborar un protocolo para su posterior implantación, si después no se puede llevar a la práctica" por falta de personal, añade la central.

Y es que, a ojos de esta organización, "la Administración Municipal está poniendo en riesgo la salud del personal y de los niños y niñas de las escuelas, así como de sus familias". "Resulta imposible aplicar los protocolos anti-covid cuando hay una evidente carencia de personal y no se cubren en tiempo y forma las bajas", remata.

Nieves Sanz, directora de la escuela infantil de Viesques, la afectada por el caso positivo de un escolar, entiende que "se están haciendo las cosas lo mejor que pueden", aunque con evidentes carencias. Por ejemplo, se está viendo obligada a ampliar la jornada de alguna educadora -de media jornada a completa- para poder hacer frente a las bajas causadas por las que tienen que guardar cuarentena. "Nos está ayudando que algunos padres no mandan a sus hijos a la escuela por miedo a contagios. Si llegan a venir todos, podríamos cumplir la normativa de las aulas burbuja en condiciones normales", explica. Es decir, si no hubiera bajas ni educadoras en cuarentena.

Para Usipa, "existe una descoordinación total entre el Ayuntamiento, el Principado, el servicio de prevención y los centros educativos, lo que produce que el personal esté desinformado, no conozca los protocolos y no sepa con certeza cómo actuar ante un posible positivo". "Tenemos varios protocolos diferentes en los centros educativos, uno es el propio de las escuelas, otro el del Ayuntamiento a nivel general y otro el de los centros educativos del Principado, lo que complica aún más las actuaciones y requiere un control por el servicio de prevención y por la Administración que no se está produciendo", añade el sindicato.

Por su parte, la edil de Ciudadanos Ana Isabel Menéndez reclamará en la comisión de Servicios y Derechos Sociales la realización de una auditoría en cada centro escolar para valorar "las necesidades de ventilación y hasta qué punto se están cumpliendo las recomendaciones del Gobierno sobre el uso de sistemas de climatización". Con esta evaluación buscan "detectar aquellos aspectos psicosociales y termohigrométricos susceptibles de agravar aun más la crisis educativa y sanitaria y prever las medidas de prevención a adoptar para minimizar su impacto".

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