Operarios municipales se vieron ayer obligados a sanear la fachada del número 8 de la calle Uría después de que, pasada la medianoche del miércoles, se desprendieran varios cascotes desde la sexta planta a la calle. Ante lo aparatoso del incidente, se decidió por retirar dos plaquetas que estaban flojas, para evitar que corrieran el mismo peligro que la que se terminó por desprender. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales ya que los cascotes cayeron directamente a la acera, por la que no pasaba nadie en ese momento.