Gijón es una ciudad atractiva para la inmigración. Los datos de residentes de fuera de España así lo demostraban antes de la pandemia. A fecha de 1 de enero de 2020, eran 15.452 los extranjeros afincados, 1.468 más que el año pasado. En 2019, el número de foráneos registrados creció en 330, tras dos años en los que bajó la cantidad de vecinos de otras nacionalidades. Fuera de Europa, el colectivo venezolano es el más numeroso, con 421 representantes. Muchos de ellos buscan alejarse de la convulsa situación que se vive en su país. "Jamás nos hemos sentido discriminados en la ciudad. Es un lugar muy acogedor", apuntan.
Indirath Coronado, Elvira Juárez, Rena Aguirre, Victoria Rodríguez, Dayana Henríquez Sonsy Márquez y Édgar Pérez son venezolanos y llevan viviendo en Gijón desde hace años. Indirath Coronado es la que más tiempo acumula. Tiene 54 años y es de Santa María de Ipire, un municipio del estado de Guarico. Lleva en Asturias 16 años. "Llegamos aquí directamente. Soy ya una culo moyao", ríe. Rena Aguirre, de 40 años, lleva menos tiempo. "Un año y tres meses", afirma. Su hija, Victoria Rodríguez, la corrige. "Cuatro". "Es cierto. Hay un momento cuando te vas de tu país que cuentas hasta las horas que llevas fuera de él", añade la mujer.
Este grupo de venezolanos escapa de las condiciones de vida que se dan en su país, con el feroz conflicto entre los seguidores del régimen de Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y los de Juan Guaidó, actual presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela. "El éxodo de venezolanos es enorme desde el año 2002. Una intervención es necesaria, porque el país se muere de hambre, fallan todos los servicios. En mi casa llevan sin agua corriente desde hace 22 días", afirma Coronado. Su idea la secundan los compatriotas que la acompañan.
Estos inmigrantes no se olvidan de sus orígenes. Hacen envíos regulares de comida y medicamentos a sus paisanos. La pandemia lo ha frenado y buscan ayuda económica para poder seguir enviando provisiones. Tienen cerca de 300 cajas a la espera de poder partir hacia América Latina. Anteriormente, las guardaban en la iglesia de El Coto, pero ahora se apilan en sus viviendas. Su labor en Gijón también se nota a la hora de integrar en la vida diaria a sus compatriotas. "Las personas que llegan aquí, lo hacen en una situación de riesgo y a ellos también les echamos una mano", añaden.
Tras los venezolanos, también son legión los colombianos (397), los marroquíes (314), los brasileños (294) y los chinos (267). También son un nutrido grupo los paraguayos (244), los cubanos (239), los dominicanos (237) y los argentinos (194). A fecha de 2019, la comunidad más representada tras los marroquíes del continente africano eran lo senegaleses. La tendencia al alza de la inmigración se ha confirmado en el último año, tras un ligero repunte ya iniciado en 2019. En 2018, los inmigrantes eran en el municipio 13.654 personas, mientras que en 2017 el total era de 13.786.
Por barrios, según el último informe ofrecido por la Fundación Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento, el centro, El Llano -el más populoso de la ciudad- y La Calzada eran las zonas con más extranjeros del concejo. "Somos mucho de juntarnos, de hacer comidas y de tener encuentros", afirman los venezolanos, a los que la pandemia también ha obligado a reducir sus reuniones sociales. A pesar de ello, la impresión que tienen de Gijón es que es un lugar cómodo para empezar una nueva vida.
