"Gijón se mueve", la frase que popularizó Florentino Gordillo, Floro, se cumplirá hoy. Familiares y amigos del hostelero hallado muerto en su domicilio de Pumarín a los 52 años el sábado le rendirán un sentido tributo a las 12.00 horas con una cadena humana entre la puerta principal de La Laboral y el tanatorio de Cabueñes, donde a las 13.00 tendrá lugar el funeral. Los participantes en el pasillo, que deberán respetar la distancia social, aplaudirán al coche fúnebre. "Tenía una gran capacidad para hacer disfrutar a la gente", afirmaron ayer sus allegados. En el Mamaguaja, donde trabajaba, las escenas de dolor se repitieron durante toda la jornada.

El día después de la muerte de Floro se hizo muy cuesta arriba en el local del grupo Gavia ubicado en la calle Marqués de San Esteban (también se desempeñaba en el Bambara, justo en frente). La esquina de la barra donde Gordillo atendía a los clientes amaneció más triste que nunca, huérfana de los cuidados que el rey de la noche gijonesa le proporcionaba día sí y día también. El local funcionó ayer, pero únicamente para el servicio de comidas. Una vez finalizado, cerró sus puertas. No abrirá hoy, ni tampoco mañana, para preservar la memoria de Floro.

Ángel Lorenzo, socio del Grupo Gavia y amigo del finado, estaba desolado. "Cuando pasa una cosa así, quedas desorientado. Quieres pensar que no es verdad", decía. "Floro fue una persona que nunca habló mal de nadie. Puede sonar a tópico, pero es así", añadía. "Era alguien abierto a todo el mundo, siempre preocupado por servir a los demás", zanjaba. Por el Mamaguaja pasaron muchos amigos y allegados de Floro. Entre ellos, el periodista gijonés Juanma Castaño, prácticamente vecino de la frutería de la calle Valencia que regentaron los padres de Gordillo. "El teléfono echa humo. Son muchas las personas que nos han dado ánimos y abrazos", finalizaba Lorenzo.

También hubo dolor en el tanatorio, donde el cuerpo reposaba en la sala número uno. A las puertas, se agolpaban sus familiares y amigos. Debido a la pandemia, las visitas estuvieron limitadas. César Telenti, amigo íntimo, aún no se ha repuesto del duro golpe. "La sorpresa aún sigue. Tenía la capacidad de unir a todo el mundo", valoraba. También desfilaron otros como el representante de futbolistas Gelu Rodríguez; el exjugador de balonmano David Pellitero; el jefe de Bacardi en Gijón Felipe Fanjul; o el camarero Pablo Gallego, entre muchos. "Todo lo que hacíamos con él no volverá a ser nunca más lo mismo", apuntaba Gallego.

Los presentes entraban casi de uno a uno a la sala para arropar a la familia de Gordillo. El shock para ellos ha sido total. El cuerpo sin vida del hostelero fue hallado por dos amigos en su piso a primera hora de la tarde del sábado. Aún no se han recuperado.

Hoy, a las 12.00 horas, esos ánimos cristalizarán en lo que pretende ser un emocionante último adiós al que fuera relaciones públicas de la mítica discoteca El Jardín, en Somió, además de gerente del Bypass y un incansable trabajador a favor del ocio en la ciudad. La hostelería local despedirá con un pasillo a Floro Gordillo. Sus amigos, fieles a su mítica frase de "Gijón se mueve", aplaudirán el coche fúnebre del hombre que deja la noche gijonesa huérfana.