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JUAN LOZANO DEL MONTE | ARCIPRESTE DE GIJÓN Y PÁRROCO DEL CORAZÓN DE MARÍA

"Las parroquias no desaparecerán con las unidades pastorales y sumarán fuerzas"

"Las retransmisiones de misas han venido para quedarse, atraen a fieles que estaban alejados de la Iglesia"

Juan Lozano, en la parroquia del Corazón de María. ÁNGEL GONZÁLEZ

Juan Lozano Del Monte (Madrid, 1970) es el arcipreste de Gijón desde 2019 y lleva siendo el párroco del Corazón de María desde hace cuatro años. Es misionero claretiano y fue formador de catequistas, en España y en Rusia.

- Se está gestando una gran reforma organizativa de las parroquias de Gijón. ¿Por qué?

-Es un trabajo que empezó a realizarse hace unos 20 años en Asturias. Las unidades pastorales son una realidad en toda España y Europa. Antes, las parroquias se construían a medida que las ciudades crecían. Las poblaciones de los barrios en las ciudades más céntricos han ido disminuyendo, es decir, los jóvenes van a la periferia. La organización de hace sesenta años ha quedado obsoleta.

- ¿Cómo se va a hacer?

-Agrupando parroquias en grupos de templos, en unidades pastorales. Las parroquias no desaparecen, solo organizan el trabajo pastoral según los habitantes que tienen cada una, las demandas de la pastoral, las catequesis y demás. Se trata de sumar fuerzas.

- ¿Las eucaristías en algunos templos desaparecerán?

-No, pero a lo mejor baja la frecuencia de horarios de las misas. Quizás en un templo las misas puedan ser por las mañanas y en otros próximos, por las tardes.

- ¿Puede haber resistencia a ese cambio?

-A la gente mayor le va a costar, por sus hábitos. La unidad pastoral facilitará que los fieles puedan seguir asistiendo a misa. Se medirá la asistencia a cada iglesia y a cada misa. No creo que a los jóvenes les vaya a costar. Habrá más ventajas que hasta ahora.

- Uno de los graves problemas es el descenso de sacerdotes. ¿Algún remedio?

-La práctica religiosa está bajando. Todo va unido. Pasa en Occidente, no tanto en América y desde luego no en Asia, donde hay un boom de vocaciones brutal. Al desaparecer la fe, no aparece la increencia, decía un autor inglés, aparece la superstición. En España, estábamos acostumbrados a un número muy grande de vocaciones. Lo veo como un reto. La Iglesia subsiste no porque haya sacerdotes sino cristianos comprometidos. Es una realidad global.

- ¿Cómo está impactando el virus en las parroquias?

-Mucha gente cree que los que están en una situación más precaria son sobre todo los inmigrantes, pero no es así. Quizás sean el 60 por ciento. Estas personas se enfrentan a la brecha digital. Todos los trámites con las administraciones son ahora telemáticos y no pueden hacerlos. La oleada más fuerte llega ahora. Tras el verano y los ertes.

- ¿Qué novedades se presentan en este año pastoral?

-Solo hay un cambio, en la iglesia de Viesques, que hay nuevo párroco (Andrés Fernández). Las demás se mantienen. Hay un párroco que ha cumplido los 75 años y ha solicitado su relevo, pero el Arzobispo le ha pedido que se mantenga un año más. Se han reformado los equipos de catequesis de familias. Luego hay dos equipos, uno para la pastoral juvenil y otro para la prematrimonial.

- Durante el confinamiento, muchas misas se retransmitieron telemáticamente. ¿Esa idea ha venido para quedarse?

-Sí, no lo habrá en todos los sitios, pero en la mayoría. La retransmisión de las eucaristías atrae gente que estaba alejada de la Iglesia. Es apretar un botón, es más fácil. No sustituye a lo presencial, pero no es incompatible una cosa con la otra.

- Asegura seguir la actualidad de la ciudad. ¿Qué le parece la peatonalización de El Muro?

-Creo que no se puede tirar el dinero. Me parecen bien las peatonalizaciones de muchas ciudades, pero hay que compatiblizarlo con el sentido común de las personas que viven en ellas. El dinero público hay que usarlo con responsabilidad.

- ¿Echa en falta mayor relación con el Ayuntamiento?

-No hay relación institucional. Las relaciones son locales, en los barrios, con las asociaciones de vecinos. A esos niveles sí hay colaboración y es buena. La red social durante la pandemia aglutinó al Ayuntamiento, Cáritas y Cruz Roja. Se hizo un fondo común de recursos y materiales. A un nivel general no hay contacto, pero la relación no es mala.

- Hay un jesuita acusado de abusar de una niña de La Inmaculada que afronta ocho años de cárcel. ¿Cómo ha afectado el caso a la Iglesia gijonesa?

-Ante esos casos, tolerancia cero. Se va a juzgar, habrá una sentencia y esa persona tendrá que responder ante la justicia como cualquiera.

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