Las obras de accesibilidad en la calle Bélgica, que terminarán con la construcción de una pequeña plaza en la intersección con la calle Aragón, comenzaron ayer con polémica vecinal. Un grupo de residentes se manifestó por la reforma por dos razones. La primera, la pérdida de 30 plazas de aparcamiento. Y la segunda, que a pesar de que la obra está reflejada en el Plan de Barrios 2019-2023, denuncian que el gobierno local no "les ha avisado". La actuación cuenta con la oposición de Foro, que exigió su paralización y la elaboración de un nuevo proyecto de obra consensuado con los vecinos. "El Ayuntamiento esconde una eliminación sistemática de plazas de aparcamiento", aseguró el portavoz municipal de esta formación, Jesús Martínez Salvador.

La intención municipal, a petición de la asociación de vecinos "Severo Ochoa" de Pumarín y reivindicada por la residencia Mixta y COCEMFE, consistirá en un ensanchamiento de tres metros de las aceras. Se adaptarán los pasos de peatones y se contempla una nueva disposición de farolas, la plantación de arbolado y la colocación de mobiliario urbano en la nueva plaza. Los manifestantes no se quejan por el ensanche de las aceras, que consideran "necesario", sino porque tras la reforma "perderán 30 plazas de aparcamiento". Así lo denunció Eloy Jurado, el portavoz de la protesta. "Tenemos muy pocos garajes en el lugar", explica. Jurado también teme que la creación de una nueva plaza atraiga la celebración de botellones. Hoy, a las 18.00 horas, volverán a manifestarse.