"Lo más difícil para hacer una buena foto náutica es no marearse en el barco". Algún otro truco se guardará en la manga el fotógrafo avilesino Félix González Muñiz, que este año, por segunda vez, ha logrado que una de sus imágenes haya sido seleccionada para competir en el certamen de fotografía náutica "más prestigioso del mundo", el "Mirabaud Yacht Racing Image", en el que se dan cita más de 400 profesionales de casi medio centenar de países. "Es una satisfacción enorme", asegura González, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, y que ya optó al título en 2014. "Solo hay seis españoles seleccionados, y yo soy uno de ellos", remarca. Además, es el único cuya imagen refleja el Mar Cantábrico. "Estar compitiendo con esa gente es increíble", valora.

La imagen, ciertamente, no puede ser más espectacular. Se tomó en la XXX Regata "Villa de Gijón", celebrada el pasado septiembre, "una de las pocas que se pudo llevar a cabo por la pandemia", apunta González, que recuerda que ese día "cayó un chubasco tremendo, y tuvimos que regresar a puerto porque llovía muy fuerte y había olas y mar de fondo, las condiciones no eran las apropiadas para navegar". Precisamente, a la vuelta a la ensenada gijonesa, a la altura del cerro de Santa Catalina, González captó la imagen. Al fondo, tres embarcaciones clase Optimist, como desfilando; y en primer término, una ola formada, sobre la que repiquetea el agua de la lluvia.

Un instante que vale una vida, la que González lleva relacionado con el medio marino. El avilesino suma tres décadas trabajando como fotógrafo náutico, primero en una revista especializada en la que cubría el norte de España y las Islas Canarias y luego como "freelance" y en el Real Club de Regatas de Gijón. "Es mi medio de vida, donde mejor me encuentro", enfatiza González, que presume de haber cubierto prácticamente todas las grandes citas españolas e incluso muchas internacionales durante sus 30 años de trayectoria, en los que además publicó varios libros sobre faros. "Tengo una relación absoluta con el mar, conozco todo el Cantábrico, sus playas, sus puertos, el literal, sus faros", explica el fotógrafo, que espera con ansia que llegue el 25 de noviembre, cuando se falla el premio.

Mientras, deja otro consejo: "además de intentar no marearte, tienes que saber controlar el clima y el vaivén del barco, para saber cuándo enfocar y hacer el disparo". Palabra de quien, sin ser navegante, sabe sacar su mejor cara al mar asturiano.