Una gijonesa se sentará en el banquillo de los acusados para responder por un supuesto delito de apropiación indebida después de saquear la cuenta bancaria de su tía abuela, una mujer de 93 años que acabó sin poder pagar la mensualidad del centro residencial donde todavía vive. La procesada, que se embolsó 52.523,60 euros para su propio beneficio, afronta ahora una pena de cinco años de cárcel, el pago de una multa de 5.400 euros y la devolución íntegra del dinero sustraído a su familiar, que sufre, según la Fiscalía, "un deterioro cognitivo severo, que merma sus capacidades intelectivas y volitivas". La vista oral se celebrará el próximo mes de noviembre en la sección octava de la Audiencia, con sede en los juzgados de Gijón.
La víctima de estos hechos, nacida 1927, vendió su piso en Gijón por 170.000 euros antes de mudarse a un centro gerontológico para estar perfectamente atendida dada su edad. Ese dinero se lo ingresaron en su cuenta bancaria y, actuando de buena fe la nonagenaria, "y debido a la confianza que tenía en la acusada", otorgó un poder general en favor de su sobrina nieta para que ésta gestionase el dinero y representase sus intereses mientras ella estaba en la residencia. Nada le hizo pensar a la mujer que pronto se quedaría en la ruina.
A finales del mes de mayo de 2018 comenzaron los problemas, aunque la afectada todavía no era consciente de ello. Su sobrina nieta, "con ánimo de obtener un beneficio matrimonial injusto", procedió, a sabiendas de que su tía abuela tenía dinero tras la venta del piso, "a realizar de manera constante y reiterada transferencias bancarias a favor de sí misma, desde la cuenta bancaria de la afectada, sin el consentimiento ni la autorización" de su tía abuela, relata el ministerio fiscal en su escrito de acusación.
La cuenta bancaria, con solo 3,37 euros
Estas transferencias, según el mismo escrito al que ha tenido acceso este periódico, se prolongaron hasta diciembre de ese mismo año. En ese tiempo, la acusada "incorporó esas cantidades a su patrimonio personal en lugar de velar por los intereses económicos de su tía abuela y de atender a sus necesidades", afea la Fiscalía. Así las cosas, tras realizar esos saqueos, la cuenta se quedó en junio de 2019 (cuando venían devueltos los recibos del centro gerontológico) con tan solo 3,37 euros, lo que impedía abonar las mensualidades de la residencia. El perjuicio total ocasionado asciende a 52.523,60 euros.
En base a estos hechos, el fiscal le atribuye a la acusada un delito continuado de apropiación indebida por el que solicita una condena de cinco años de cárcel así como diez meses de multa a razón de 18 euros diarios (con responsabilidad privativa de libertad en caso de impago) y el abono de las costas. Para reparar el perjuicio ocasionado, de ser condenada, la Fiscalía también solicita el pago de una indemnización de 52.523,60 euros más los intereses correspondientes conforme a la legalidad vigente.
