Son poco más de 600 metros de distancia que para algunos no cambian nada y para otros lo cambian todo. Colectivos ecologistas y vecinales, y parte de la oposición política, recibieron ayer entre la sorpresa y la indignación la opción del Principado de ubicar la futura estación fija de control de la contaminación del área El Lauredal-Jove en las inmediaciones de la sede de la asociación de vecinos "Santa Cruz" de Jove y no en el espacio de El Lauredal que ahora ocupa la unidad móvil de titularidad municipal, la que peores registros de polución ofrece de todo Gijón, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA.
Tener una estación oficial en El Lauredal no solo era la reivindicación del movimiento ecologista y vecinal. También era lo que se esperaba tras el informe del Instituto de Salud Carlos III y las declaraciones del vicepresidente del Gobierno asturiano, Juan Cofiño, en el Parlamento regional este mismo lunes. Pero el recién presentado plan de acción a corto plazo para la reducción de los niveles de partículas en suspensión en la atmósfera de la zona oeste de Gijón no dice lo mismo. Su opción, expuesta negro sobre blanco, es Jove.
"Lo de cambiar de ubicación una estación para instalarla donde se dan datos mejores no es una estrategia nueva. El Principado ya cambió de sitio doce estaciones. La estación fija tiene que estar donde está ahora la móvil de El Lauredal, ni un metro más allá o más acá", sentenció Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecologista de Asturias para quien "esa disculpa del Principado de que allí hay un microambiente que genera esa situación de contaminación es inaceptable". "La contaminación la hay porque la hay", remató.
De sorpresa y cambio sustancial sobre lo esperado habla también Sara Ceballos, portavoz de la Plataforma contra la contaminación de Gijón. Para el colectivo, contar con una estación en El Lauredal cuyos datos estén en la red oficial y sirvan para generar alertas en caso de que se dispare la polución es algo innegociable. "Y si quieren poner otra en Jove, nosotros encantados, cuantas más mejor. Pero es importante seguir las recomendaciones del Instituto Carlos III y ellos hablaban de El Lauredal", explicó Ceballos, antes de volver a elevar la exigencia de que, mientras se tome una decisión, se tengan en cuenta los datos de El Lauredal. "No se cual es el procedimiento pero no debe ser complicado, es solo incluirlo en el plan de calidad del aire", indicó.
Plataforma y Federación Vecinal trabajan ya juntos en el diseño de alegaciones. "Tras oír en sede parlamentaria a Cofiño y ver la propuesta actual, cabría decir que alguien no decía la verdad. Cofiño aseveró que la estación iba a ir donde fija el informe de la Carlos III. Ahora otra vuelta más que esperamos aclaren de una vez", aseguró Manuel Cañete. El presidente de la FAV exigió que "nadie se ponga de perfil en esto".
Una sensación compartida es que este nuevo plan de calidad del aire para la zona oeste es más de lo mismo y está lleno de medidas repetidas que llevan años sobre la mesa pero nadie cumple. Ni las administraciones ni las empresas que generan esa contaminación en el foco más industrial de Gijón. "En realidad ya lo sabemos todo, el problema está donde está que es en los sínter de Arcelor, explicó Paco Ramos, de Ecologistas en Acción. En este contexto tiene mayor peso negativo el anuncio de la siderúrgica de que no puede adelantar sus inversiones por la crisis.
Desde dentro de la Casa Consistorial las mayores críticas llegaron desde Foro, PP y Podemos. Para el forista Jesús Martínez Salvador, cuyo partido colocó la unidad móvil en El Lauredal, es un "incumplimiento" e instó a la Alcaldesa "que no ha movido un solo dedo para solucionar este problema", a pedir ahora explicaciones exhaustivas al Ejecutivo del PSOE para "poder darlas a todos los gijoneses".
Podemos, firme defensor de El Lauredal, considera, en palabras de su portavoz, Laura Tuero, que "este plan vuelve a demostrar la falta de voluntad política de los gobiernos del Principado y Gijón para acabar con los problemas de contaminación en la zona oeste". Tuero habla de "propaganda" al entender que no se cumple ni con el compromiso de la estación ni con la exigencia de medidas correctoras a Arcelor ni con el diseño de inspecciones independientes.
Alberto López-Asenjo, portavoz del PP, denunció que "la Administración regional pretende simular una situación de aparente mejoría del problema ubicando los medidores en emplazamientos menos conflictivos, una práctica que solo cabe calificar de fraudulenta e injustificada".
Aurelio Martín: "Las mediciones de ambas estaciones son muy similares"
Aurelio Martín: "Las mediciones de ambas estaciones son muy similares" Sin querer polemizar ni justificar las decisiones del Principado sobre la ubicación de las estaciones, Aurelio Martín, edil de IU y responsable de Medio Ambiente, entiende que "las mediciones de ambas estaciones son muy similares, así que no veo que pueda haber mucha controversia". Y adelantó que habrá reuniones en los próximos días con entidades y vecinos para abrir un diálogo que pueda servir para matizar el documento durante este periodo de información pública. "Todo se resolverá", aseguró antes de dejar claro, para quienes dudan de la eficiencia del plan o no quieran aplicar las medidas que les impongan, que "será de obligado cumplimiento para todos".
Para José Carlos Fernández Sarasola, de Ciudadanos, más importante que la ubicación de las estaciones -el documento habla de otra en las proximidades del campo del Santa Cruz que debe instalar Arcelor- es "que se pongan en funcionamiento en el menor tiempo posible". Su temor es que "se quede en intenciones y no en realidades. Si hay justificaciones técnicas que lo avalen, Vox no se opone a ubicar la estación en Jove. "Si con ello se logra que los datos que se obtengan sean más objetivos y la información que se extraiga sea de mayor calidad, a juicio de los expertos", indicó el portavoz municipal, Eladio de la Concha.
