Los hosteleros se han cansado de ser los "malos" de la pandemia. Los "señalados como el foco de rebrotes y contagios del virus". Ese enfado contenido cristalizará en una manifestación y cierre patronal del sector en Gijón el próximo miércoles, 28 de octubre. Los organizadores esperan una asistencia masiva, superior a las 2.000 personas de todos los barrios de la ciudad y de otros puntos de Asturias, como Oviedo, Avilés y Mieres. La marcha saldrá de la iglesia de Fátima, en La Calzada, a las 9.00 horas, hará varias paradas y finalizará a las 14.00 en la plaza Mayor con la lectura de un manifiesto. Se baraja un mayúsculo epílogo final en función de la situación sanitaria. Consistirá en una cadena humana en el paseo del Muro. "Somos pequeños hosteleros. Apolíticos y pacíficos. Defendemos nuestro sector y a todos los que viven de él", aseguran los impulsores.

La concentración del 28 de octubre ha engordado como una bola de nieve. La idea surgió en el barrio de La Calzada la pasada semana. Roberto López, dueño de la cafetería Sella, fue uno de los impulsores. La intención inicial era sumar a su causa a los comercios del barrio. Al final, sumará a decenas de compañeros de toda Asturias. "Se nos ha tachado como uno de los culpables de los focos de contagios. No es así", apunta López.

Por haber nacido la idea en La Calzada, los manifestantes de ese barrio y zonas cercanas están convocados a las 9.00 horas en la parroquia de Fátima. A las 10.00 horas, la concentración arrancará su marcha hacia la plaza Mayor. Hay varias paradas estipuladas para que se sumen el resto de participantes en varias columnas que se irán situando a la cola de la manifestación. La protesta se detendrá en Cuatro Caminos, en Juan Carlos I, a la altura de la comisaría de la Policía Nacional, en el edificio de Hacienda, en la calle Marqués de San Esteban y en la plaza del Marqués, frente a la estatua de Pelayo. De ahí, todos los que asistan se concentrarán frente al Ayuntamiento. Leerán un manifiesto que resume su postura.

La logística está bien engrasada. Los impulsores se organizan por dos grupos de Whatsapp. Hay uno para los coordinadores, que son los encargados a su vez de coordinar a los hosteleros de su barrio. Este lo formaban ayer 13 personas. Hay un segundo integrado no solo por empresarios del sector sino también por empleados hosteleros y propietarios de otros negocios. En este, hay 216 personas. Laura García es una de ellas. Regenta un portal digital sobre marketing llamado Comunicaciones Asturianas. "De la hostelería viven otros muchos sectores, no solo son los bares y los restaurantes", asegura.

El objetivo de los manifestantes será lanzar un mensaje a los gobernantes. "Queremos que se nos escuche", afirma Desiré Morilla, propietaria del café Glupp, en La Calzada. "No queremos seguir siendo los señalados. Nosotros cumplimos con las normas", apostilla Brezo Riesco, del café Yerfo, también en La Calzada. "Cuando en verano éramos los mejores en cuanto a contagios se aprovecharon para generar turismo. Ahora quieren echarnos a nosotros las culpas", argumentan las dos mujeres.

El temor a un nuevo confinamiento está en el aire entre los hosteleros. Lo mismo sucede con un posible cierre de la hostelería a nivel regional si el número de contagios con el virus no deja de crecer. "Es algo muy serio. Si eso pasa, está claro que muchos hosteleros no podrán volver a abrir. No sabemos cómo se soportaría", puntualizan Rubén Barreiro, de la sidrería Sobiñagu, y Jacobo Méndez, que dirige el portal gastronómico "Comer por ahí". "Tiene que quedar claro que la hostelería no es la culpable del virus", razonan los dos empresarios.

Para muchos la marcha será histórica porque será la primera que una bajo unas mismas reclamaciones a hosteleros de la ciudad y del resto de Asturias. "Que haya tanta unión solo puede significar una cosa: que hay mucho descontento", apunta Eduardo González, del café Gales, en el barrio de La Arena, otro más de los que se suma a la gran manifestación de la hostelería, que se ha cansado de ser la "mala" de la pandemia.