El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón, que lleva tramitados 950 casos en lo que va de año (200 más que en 2019 a estas alturas), tendrá un nuevo espacio en el Palacio de Justicia que contará con una superficie de unos ochenta metros cuadrados y se ubicará en la segunda planta del edifico. Además, estrenará antes de final de año la primera sala "Gesell" -una habitación con dos ambientes separados por un vidrio de visión unilateral- que se instalará en Asturias. Esta reestructuración servirá para "permitir declaraciones telemáticas y mejorar la atención a víctimas y testigos vulnerables" y evitar que coincidan en el mismo espacio físico con las personas denunciadas, una exigencia que los funcionarios de este órgano judicial ya verbalizaron en 2018 tras años de espera, cuando también alertaron de los problemas de ubicación, de dispersión por todo el edificio y de falta de medios materiales que padecían.

El objetivo de esta reorganización de espacios está en lograr que las declaraciones y testimonios de las personas que denuncian malos tratos o abusos sexuales -también está pensada para menores y personas con discapacidad- "puedan ser recogidas por medios audiovisuales en un entorno confortable, con el fin de evitar que estas personas tengan que acudir a la vista oral y encontrarse o permanecer en la misma sala que los acusados", explicó la consejera de Presidencia, Rita Camblor, durante su visita ayer al Juzgado de Violencia en Gijón, el tercero de España con mayor carga de trabajo, solo por detrás de Palma de Mallorca y Vigo. La idea, advirtió Camblor, es llevar estas salas "Gesell", con un coste de 25.000 euros, a todos los juzgados de la región a la mayor brevedad posible.

La consejera fue recibida ayer por la magistrada titular de Violencia, Estrella González Maroño, y la letrada de la administración de Justicia, María Rodríguez Allende, que hicieron las veces de guías por las dependencias judiciales para ver las precarias condiciones en las que tienen que trabajar. Por un lado, cuentan con un solo teléfono para los nueve funcionarios, que se reúnen en un pequeño espacio justo al lado del Juzgado de Instrucción número 5, sin intimidad ninguna. Justo en frente de ellos, de hecho, hay armarios donde otros funcionarios guardan sus expedientes. Si quieren ir a la sala de vistas, además, tienen que recorrer varios pasillos y bajar escaleras en todo un peregrinaje por el edificio, tal y como ayer se pudo demostrar. "Solo queremos un mínimo de dignidad en nuestro trabajo", requirieron durante la visita, en la que también participaron la directora general de Igualdad, Nuria Varela, -gran impulsora de las mejoras que se van a acometer en Gijón-, y la viceconsejera de Justicia, Encarnación Vicente.

Las autoridades del Principado de Asturias también contaron ayer con el recibimiento del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Jesús Chamorro, que incidió en la gran carga de trabajo que llevan a sus espaldas en el Juzgado de Violencia desde hace ya varios años. "Tienen una sobrecarga de trabajo importante; la creación de un nuevo órgano sería interesante y deseable, pero de momento no se superan los casos que establece el Consejo General del Poder Judicial para crear un segundo juzgado", desveló Chamorro ante de la visita.

Los datos son claros: en Gijón atienden a una población de alrededor de las 300.000 personas (al incluir Carreño) y alcanzarán los 1.400 asuntos penales este año, pero no habrá un segundo juzgado de Violencia en Gijón hasta que no superen los 1.600 procedimientos, algo que llegará más pronto que tarde.