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El asesino de Lorena Dacuña se someterá a un examen forense para ver si es procesable

El informe psicológico revela un consumo persistente de alcohol y drogas que motivó "un malestar clínicamente significativo" en el investigado

Sánchez Merino, el día que fue enviado a prisión. JULIÁN RUS

El camarero gijonés José Manuel Sánchez Merino, autor confeso del crimen de la limpiadora Lorena Dacuña en febrero de este año, será examinado por un médico forense para determinar sus capacidades y dirimir así si es imputable. Este trámite, solicitado esta semana por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, se fundamenta en el informe emitido desde el Servicio Interdisciplinar de Atención a las Drogodependencias (SIAD) que confirma "el consumo perjudicial de alcohol y cocaína de manera persistente" del investigado, que cumple prisión preventiva en el centro penitenciario de Dueñas, en Palencia.

El informe, al que ha tenido acceso de forma íntegra LA NUEVA ESPAÑA, hace un repaso exhaustivo de la vida y hábitos de Sánchez Merino, nacido en julio de 1970, y se fundamenta en tres entrevistas personales, realizadas tras su detención y donde reconoce nuevamente la autoría del crimen, y otros tantos análisis de orina llevados a cabo el 19 de febrero, 10 de marzo y 29 de mayo, que en todos los casos arrojaron un resultado negativo. También fue sometido a siete cuestionarios específicos de evaluación para determinar el grado de severidad del consumo de drogas.

El documento, de seis páginas, confirma que Sánchez Merino creció y se desarrolló en un entorno "con afecto y apoyo mutuo con su familia, sin dificultades sociales, educativas ni económicas". No tiene contacto con su hermana, la relación con sus padres se mantuvo hasta el fallecimiento de ambos. Estuvo escolarizado hasta los 15 años. "A partir de los 16, coincidiendo con su incorporación a la hostelería, modifica su grupo de referencia y comienza a vincularse con personas mayores y se inicia en el consumo de alcohol, que mantiene al irse voluntario a la legión y a su regreso", explican la trabajadora social y psicóloga, ambas firmantes del informe. El documento revela además que se casó a los 29 años y describe la conflictiva relación con sus parejas.

En lo relativo a su historia toxicológica, las expertas afirman que en su adolescencia comenzó con el tabaco, alcohol y cannabis. Fue a partir de los 26 años cuando se inició en el consumo de cocaína, de manera puntual, por vía intranasal. "Con el tiempo, se incrementan las ingestas", que "comienzan a darse ocasionalmente en el trabajo". Sánchez Merino ya comenzó entonces a "alternar periodos de abstinencia y consumo activo". Eso sí, el alcohol es la "sustancia principal de consumo". Cabe recordar que en su detención en el piso de la calle San Luis, los agentes encontraron decenas de latas de cerveza vacías en la papelera.

Las conclusiones del informe establecen que "se puede hablar de un consumo perjudicial de alcohol y cocaína, al haber habido un consumo recurrente y de manera persistente, existiendo un patrón desadaptativo de consumo que conlleva malestar clínicamente significativo". Ahora, la magistrada al frente de la instrucción ha solicitado que Sánchez Merino salga de prisión para ser examinado por el médico forense del Juzgado a fin de determinar si este consumo habitual de estupefacientes impide o no que sea juzgado. Todo hace indicar que es procesable.

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