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Los taxistas pedirán reducir su servicio a la mitad para optar a ayudas ante la crisis

El sector ha perdido en unos días tres de cada cuatro viajes por el cierre de la hostelería, el toque de queda nocturno y el perimetraje de la ciudad

Taxis aparcados, ayer, en el parada de la calle Marqués de San Esteban. | Juan Plaza

“Si quitan la noche y cierran los bares, a partir de la tarde ya sobran la mayoría de coches”. Los taxistas de Gijón afrontan la segunda ola de coronavirus en Asturias con un nuevo parón de actividad que ha eliminado en la última semana, según calculan los conductores, tres de cada cuatro de sus viajes habituales. Por eso, están ultimando un sondeo entre sus socios para pedirle al Ayuntamiento aplicar el mismo modelo que en marzo: reducir el servicio al 50% para que, al menos, puedan optar a ayudas que subvencionen su falta de actividad y rentabilizar los días de trabajo. El gremio, explican, arrastra una “crisis brutal” desde marzo. Y los afectados creen haber sido relegados a un segundo plano respecto a otros sectores también víctimas de la pandemia, como la hostelería y el comercio. “Con estos locales cerrados, con la ciudad perimetrada y con las recomendaciones a la gente que se te autoconfine, alguien nos tiene que ayudar”, pide Faustino Roque, de la cooperativa gijonesa Villa de Jovellanos.

La decisión de reducir de nuevo el servicio de taxis al 50% depende de Alcaldía, aunque si la medida se retrasa y la actividad sigue bajando los propios taxistas serán los que la reclamen. Por ahora, la situación no tiene previsión de mejorar. Si durante la primera ola y las semanas de confinamiento, el gremio de taxistas redujo en un 95 por ciento su actividad habitual, la bajada ya alcanza ahora el 75 por ciento. “Y va a más”, dicen. “A efectos prácticos es como si estuviésemos en confinamiento, solo hay que ver la gente que hay por la calle”, razona Roque.

Otro escollo reciente, añaden los implicados, han sido los cambios de movilidad en Gijón, con la peatonalización total o parcial de varias calles, siendo la más polémica la del paseo del Muro. “Se ha juntado el problema de que esas promesas de carriles buses y de taxis, que están muy bien, todavía no se han hecho, pero las peatonalizaciones, sí. Al final eso nos supone que un cliente que antes pagaba unos 15 o 17 euros por un trayecto, ahora paga seguramente más de 25. Y esa cifra ya no todos se la pueden permitir”, completa el miembro de Villa de Jovellanos. Aclara Ildefonso Llorente, de la cooperativa Los Amarillos, que el único nicho de negocio ahora mismo se centra en el horario de mañanas. Explica que, aunque no haya muchas consultas médicas, todavía hay gente que necesita ir al Hospital de Cabueñes y también personas que tienen problemas de movilidad con recados durante el día, así como algo de actividad residual en el entorno de los colegios.

También ha surgido un nuevo perfil de clientela, aunque no alcanza para compensar las pérdidas: el de los citados a un autocovid para someterse a una prueba PCR y el propio traslado de estas muestras al laboratorio de Cabueñes o hasta Oviedo. También llevan a sanitarios. Por todo esto, Llorente todavía no tiene claro que todos sus socios vayan a apoyar la medida, sobre todo, si no viene acompañada de un compromiso firme por parte de las autoridades de financiar estas ayudas. “Si volvemos a ser la mitad, corremos también el riesgo de que ya no haya dinero para ayudarnos como se hizo en marzo. Solo pedimos alguna garantía”, lamenta.

"Si salimos la mitad a la calle, al menos ese día que trabajas lo amortizas y no das paseos en balde", asegura José Álvarez

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José Álvarez Cotarelo, de Radio Taxi Gijón, espera que el gremio logre un consenso firme en los próximos días para trasladar su petición formal al gobierno local “cuanto antes”. “De hacerlo hay que hacerlo ya para evitar más pérdidas. Si salimos la mitad a la calle, al menos ese día que trabajas lo amortizas y no das paseos en balde. Tal vez tendría que haberse hecho ya antes, cuando se aplicaron las otras medidas: sin la hostelería se nos va una gran parte de nuestros clientes y no tiene sentido eliminar unas cosas y dejar otras como están”, asegura.

De volverse a aplicar el bando municipal que reduce a la mitad el servicio del taxis, el modelo a aplicar sería el mismo: un día saldrán a la calle los taxistas con licencias pares y, al siguiente, los de las licencias impares. Es el método, explican los conductores, más objetivo para evitar supuestas discusiones en repuntes de demanda en festivos o zonas concretas. Así, los “valientes” que se queden en el turno de noche podrán contrarrestar esas jornadas con días de turnos de mañana en entornos de hospitales y colegios en los que sí logren hacer caja. “La situación ya no es sostenible. En realidad estamos peor que en el confinamiento porque ahora están todos los coches en la calle. Esperamos que todos los socios estén de acuerdo, creo que todos tenemos claro que no tiene sentido seguir como si todo fuera normal. Esto no tiene nada de normal”, concluye Cotarelo.

Pérdidas. El sector calcula, pese a seguir con la plantilla completa, haber perdido ya un 75% de su actividad tras el cierre de bares y comercios.

Propuesta. Piden que la Alcaldesa vuelva a reducir su servicio al 50%. Les ayudará a rentabilizar los días de trabajo y a pedir subvenciones en los de cierre.

Actividad. El principal foco de actividad es sanitario: pacientes que van a Cabueñes o a autocovids y traslado de muestras PCR a los laboratorios.

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