La conocida procuradora Nery González Vallina ha fallecido esta mañana a los 84 años. Aunque natural de El Entrego, vivió casi toda su vida en Gijón y fue decana del colegio de profesionales de su gremio. "Es una gran pérdida", explican sus compañeros.

La asturiana se había a los 19 años con un facultativo de minas, Hortensio Miranda, que desapareció de su vida siete años a causa de un accidente automovilístico. A partir de entonces, logró un trabajo como auxiliar de clínica en Cabueñes, una labor que compaginó con sus estudios para prepararse las oposiciones a procuraduría. Incluso después de aprobar, mantuvo su trabajo en el hospital, que nunca acabó de gustarle del todo porque sufría viendo a pacientes enfermos, con su despacho. Temía que no fuese a conseguir suficientes clientes. Acabaría siendo, sin embargo, una de las grandes referentes del gremio, una experta en separaciones (contaba que hasta cuando trabajaba con los maridos las futuras exmujeres recurrían a ella para desahogarse) y una procuradora de raza. Siguió trabajando, a mayor o nivel ritmo, hasta hace apenas una década. Vivió hasta entonces bajo el atento cuidado de sus sobrinos.

Será despedida mañana, a las 13.00 horas, en una misa que tendrá lugar en el tanatorio de Cabueñes. Por la actual situación de pandemia, la familia no puede recibir.