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La nueva secretaria general del Ayuntamiento de Gijón es La figura de la semana

Inmaculada Fernández Gancedo, la soprano de la Casa Consistorial

Luarquesa de nacimiento, aficionada a la música coral y a la lectura, es “una mujer leal, trabajadora y con una profesionalidad inquebrantable”

Ilustración de Inmaculada Fernández.

La constancia en el trabajo y la capacidad para solventar conflictos han llevado a Inmaculada Fernández Gancedo (Luarca, 1975) a ganarse la confianza de los mandamases de la Casa Consistorial para lograr el nombramiento como secretaria general del Ayuntamiento de Gijón, cargo que venía desempeñando de forma provisional en los últimos meses tras la jubilación forzosa de su predecesor –también lo hizo entre finales de 2013 y principio de 2015 para suplir a Dora Alonso, cesada por la exacaldesa Carmen Moriyón– con resultados notables. Los que conocen a Macu, como así la llaman con cariño, no se extrañan de este paso hacia adelante, pues desde siempre tuvo claro que su futuro estaba en poner orden y concierto en la vida municipal de un gran Consistorio. “Ya cuando estudiaba Derecho en Oviedo tenía claro que quería opositar, siempre ha sido su gran vocación”, aseguran los allegados de esta mujer leal, noble y con carácter que devora los libros y sueña con la música coral.

El compás y su virtuosismo con la voz lo lleva en el ADN gracias a su padre, José Fernández Avello, que llevó las riendas de la Camerata Revillagigedo y ahora dirige la Schola Cantorum de Grado, agrupación que cuenta con la aportación de Fernández Gancedo como soprano. Desde pequeña compaginó sus estudios, en los que su implicación y resultados siempre fueron de matrícula de honor, con las clases de canto y de violín. “Llegaba de ensayar y por muy tarde que fuese siempre sacaba tiempo para ponerse a estudiar hasta tarde; con la oposición, por ejemplo, nada más llegar ya escuchabas el cronómetro”, confirman. Lo mismo ocurre con la literatura, pues cuentan que tiene un libro en cada estancia de la casa, dependiendo del momento. De la habitación al salón, pasando por el baño. Cuando no canta ni lee se pierde en rutas por Asturias que en ocasiones sobrepasan las cuatro horas. Una sana alimentación completan las aficiones de una mujer perfeccionista y trabajadora que lleva siempre sus labores a rajatabla.

Tras su paso por la Universidad de Oviedo se enroló en una oposición a la que acabaría dedicando su vida. Un año le bastó para en 2002 tener el objetivo cumplido, y viajar hasta el municipio coruñés de Cee al año siguiente. Pronto logró regresar a Asturias, al ayuntamiento de Ribadesella, hasta que por fin recaló en Gijón, donde lleva ya desde 2008. Ahora se ha convertido en la secretaria general más joven de España en cuanto a ciudades que superaran los 250.000 habitantes, cargo en el que solo hay dos mujeres en todo el país.

En los pocos meses que estuvo ejerciendo el cargo de forma provisional dio buena muestra de su dominio de las leyes, los tiempos y la escena. Avaló la reforma del paseo del Muro porque su condición de provisionalidad no entraba en conflicto con el Plan General de Ordenación y excluyó la petición de quitar el IBI a los hosteleros de las ordenanzas fiscales porque, de otra forma, se hubiese incurrido en una ilegalidad. La elaboración del nuevo reglamente del Pleno, que entró en vigor el pasado mes de octubre tras varios años empantanado, terminó por conquistar a los más escépticos. “Quiere a sus amigos, es leal, pero su condición profesional es inquebrantable”, aseguran. y el salón de plenos ya ha sido testigo de ello.

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