El contrato se hace de manera directa con el actual proveedor, GMV, y tiene una duración de ocho meses. Así que el objetivo es que toda la nueva red esté operativa a lo largo del primer semestre del año que viene. Precisamente unos meses después está calculado que entren en vigor las nuevas tarjetas del Consorcio de Transportes de Asturias que, en las actuales circunstancias, no podrían operar con los equipos de Emtusa. Esa una de las cuatro tarjetas que ahora se pueden usar en los buses municipales. Otros viajeros acceden con la tarjeta de transporte de la propia Emtusa o con la tarjeta ciudadana del Ayuntamiento. Y está también la opción de la tarjeta turística. Son cerca de medio millar de tarjetas de todos estos tipos desde 2002
La consolidación de estos sistemas de pago, y la incorporación de otros nuevos con tarjetas de crédito o móviles, suponen dar un paso más en otro reto que se ha impuesto la empresa ante la actual crisis sanitaria por el covid-19: reducir al máximo el pago en metálico para minimizar los contactos físicos. Emtusa está siendo duramente castigada por la pandemia con una perdida de viajeros que se traduce en una pérdida de ingresos.
Además, el pliego del contrato plantea la necesidad de dar cobertura técnica a las opciones de aplicar descuentos excepcionales en el coste del precio del viaje en autobús tanto con bono como en billete sencillo en caso, por ejemplo, de alarmas de contaminación. El reto es que si desde el Ayuntamiento, y con el objetivo de favorecer el uso del transporte público sobre el vehículo privado en casos de alarma por alta polución, se decide aplicar un descuento especial el sistema pueda hacerlo efectivo de un día para otro o, incluso, en pocas horas.
No es el único proyecto tecnológico que se trae Emtusa entre manos en estos tiempos. Hay otras iniciativas en marcha dentro del proyecto global de “Gijón In” que moviliza a todo el Ayuntamiento que también afectan a los autobuses urbanos. Una de las actuaciones supone disponer de un sistema que evite el agrupación de autobuses urbanos y el otro es poner en marcha un sistema de conteo de viajeros tanto en la subida, como ya se hace ahora, como en la bajada. Ambas iniciativas tienen que ser tenidas en cuenta en este contrato para que el sistema técnico les de cobertura.