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Plazas reconvertidas en terrazas: las calles de Gijón se llenan de "cafeteros"

El “café para llevar” llena de tertulias los bancos de los espacios peatonales de la ciudad: “Es el momento que más disfrutamos del día”

Mercedes Figaredo y Marisa Sánchez, en un banco de la plazuela San Miguel. Efrén Tomás

La situación que atraviesa la hostelería por el coronavirus ha implantado una nueva moda en Gijón, al más puro estilo anglosajón. Cada vez son más los vecinos que aprovechan los servicios take away (productos para llevar) que ofertan numerosos establecimientos para poder tomar un café, un refresco o una cerveza sentados en un banco o un bordillo. “A falta de terrazas, buenas son las plazas”, aseguran los más asiduos a esta ola. La plazuela San Miguel, el Náutico, el Campos Valdés, la calle Corrida, Los Campos y el paseo de Begoña son algunos de los lugares más concurridos, vaso de plástico en mano.

“Estamos en la gloria”, aseguraba ayer Juan Braña, sentado en un banco de la Plazuela junto a su madre, María Rosa Rodríguez. “Es el mejor plan: pasear, tomar un poco el aire, y sentarse aquí a tomar un café mientras nos da un poco el sol”, explicaba. “Tenemos suerte de tener estos días tan buenos que están viniendo, así que hay que aprovecharlos al máximo”, aseveraba Braña, que no obstante, cree que “cuando abran los bares y las terrazas, la gente volverá a ellos”. Sobre todo porque, como aseguraba su madre, “tienen más servicio”.

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La obligada moda del “take away” en Gijón Efrén Tomás

Mercedes Figaredo, Marisa Sánchez y otras amigas departían ayer animadas en otro banco. Café, pincho y banco al sol para una tertulia que recordaba a las que habitualmente hacían en algún café del centro. “Es la forma que tenemos de juntarnos y vernos con las amigas”, aseguraba Sánchez. “Es el botellón de los mayores”, remachaba entre risas Figaredo, que no obstante, remarcaba: “No sé qué diferencia hay entre hacerlo aquí o hacerlo en una terraza”. El café de la tertulia, a media mañana, en la plaza “es el momento que más disfrutamos del día”. “Es una válvula de escape muy grande”, aseguraban.

Una moda que también se nota al otro lado de la barra. “¿Quién me iba a decir a mí que después de 13 años iba a estar aquí, sirviendo cafés detrás de una mesa improvisada?”, se preguntaba Bárbara Rúa, al frente de un café en la calle Corrida, donde se forman colas de clientes a la espera de su café y sus churros. “Hay que reinventarse y buscar soluciones” ante las últimas restricciones impuestas a la hostelería, explicaba Rúa. “La clientela responde y sigue viniendo a por el café todos los días”, aunque insiste en pedir “que nos dejen abrir pronto”, añadía.

Verónica Mencía, al frente de un café entre las escaleras 2 y 3 del paseo del Muro, también ha visto cómo se han multiplicado sus ventas para llevar. “Antes ya lo hacíamos y funcionaba bien, pero ahora notamos un aumento”, aseguraba. “A la gente le gusta tomar el café al sol. Y como no puede hacerlo en las terrazas, lo coge para llevar y se lo toma en un banco de una plaza”, remarcaba.

Lo mismo opinan Carmen Sánchez y Benjamín Ordóñez. “Venimos cada día a por el café y nos sentamos en un banco a tomarlo, viendo el mar”, decían. En estas improvisadas terrazas, aseguran que a menudo se crean tertulias, “pero siempre manteniendo la distancia de seguridad”. Confirman que, en Gijón y ante la pandemia, las plazas son las nuevas terrazas.

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