El único ultra procesado en los disturbios del derbi regional por sus enfrentamientos con la Policía Nacional en los aledaños de El Molinón en septiembre de 2017 que optó por ir a juicio -los otros 14 acusados llegaron a acuerdos con las acusaciones para intentar evitar su ingreso en prisión- ha sido finalmente condenado a cuatro años y tres meses de cárcel después de que la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias haya visto probada su implicación en estos incidentes. El tribunal le atribuye los delitos de desórdenes públicos (tres años de cárcel), delito de atentado a agente de la autoridad (un año y tres meses de cárcel) y un delito leve de lesiones por el que deberá pagar una multa. Eso sí, la sentencia, contra la que cabe recurso, le absuelve del delito de riña tumultuaria del que venía siendo acusado por el Ministerio Fiscal. Conviene recordar que la Liga de Fútbol retiró a última hora la acusación contra este individuo, A. T. M., y pidió su absolución.
Lo llamativo de esta sentencia es que el tribunal desestima la prohibición de acudir a los estadios deportivos durante cinco años, tal y como habían accedido los propios procesados. Es por ello que una vez se haga firme la sentencia, y cuando el coronavirus permita el público en los estadios, todos los implicados podrán volver a El Molinón.
El procesado fue el único que el día del juicio negó los hechos que se le atribuían. En su declaración ante el tribunal aseguró que se vio envuelto en los enfrentamientos con la Policía Nacional, pero que en ningún caso había intervenido. "Fui a ver el partido y a disfrutar del fútbol, pertenezco a la grada de animación y siempre intento que no haya violencia en el Sporting y evitar problemas. Estaba con unos amigos y un policía se acercó y me pegó un porrazo en la nuca", argumentó ante los magistrados. Varios agentes, en cambio, le reconocieron sin género de dudas como parte activa de la trifulca que se montó con la llegada del autobús en el que viajaba la plantilla del Real Sporting. De hecho, algunos dijeron que era "viejo conocido" por incidentes anteriores.
El ahora condenado, que puede recurrir la sentencia, contó con varios testigos que avalaban su versión. Eso sí, tal y como señala la sentencia, uno de ellos podría haber incurrido en un delito de falso testimonio y es por ello que el tribunal ordena que se abran diligencias contra ese testigo por si ha incurrido o no en un delito.
Los otros catorce procesados llegaron a un acuerdo con las acusaciones, un pacto adelantado por LA NUEVA ESPAÑA, aceptaron penas de cárcel de uno a dos años, lo que en su mayoría les serviría para evitar el ingreso en prisión. La rebaja final en las peticiones de cárcel llegó después de que se eliminase el delito de riña tumultuaria y tras dejar en el mínimo legal las penas por desórdenes públicos, atentado a agente de la autoridad, lesiones y lesiones leves. Esa quita de las penas estuvo motivada por la atenuante de reparación del daño en vista de que ya habían abonado parte de las indemnizaciones. Seis de los acusados asumieron un año y medio de cárcel cada uno; cinco aceptaron un año de prisión; y los tres restantes acabaron con dos años de cárcel. Son estos tres últimos quienes están en el alambre para evitar su ingreso en prisión, especialmente uno de ellos que cuenta con antecedentes por lesiones. "Pediremos la suspensión de penas para todos ellos", afirmó Guillermo Calvo, uno de los abogados defensores a la conclusión del juicio, que se celebró el pasado 21 de octubre.
