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La emancipación, gran reto juvenil en Gijón

Los presidentes del Conseyu de la Mocedá, que cumple un cuarto de siglo, señalan que la independencia y la lucha contra la precariedad aún son “asignaturas pendientes”

Dos jóvenes en Gijón

El Conseyu de la Mocedá celebró el pasado lunes sus 25 años de vida. Ha pasado un cuarto de siglo entre el primer presidente de la entidad que aglutina el movimiento juvenil gijonés y Aridane Cuevas, la actual dirigente, y sin embargo, los retos que afronta la juventud gijonesa siguen siendo parecidos. La emancipación y el acceso a un empleo y a una vivienda digna siguen siendo las metas volantes de los jóvenes. Así lo creen los dirigentes históricos y actuales de la entidad, preguntados por LA NUEVA ESPAÑA por el panorama al que tienen que hacer frente hoy los menores de 35 años. “La independencia y la lucha contra la precariedad siguen siendo las asignaturas pendientes”, consideran.

El Conseyu de la Mocedá se constituyó en 1995 tras varios intentos fallidos. Miguel Ángel Curieses fue su primer presidente. Estuvo en el cargo desde la fundación hasta 1999. Era responsable de juventud de la Unión General de Trabajadores (UGT) y accedió al cargo cuando tenía 26 años. Ahora, tiene 51 y vive en Madrid. Trabaja en la capital de España como técnico de Radio Televisión Española (RTVE). “Quisimos que el Conseyu fuera un motor de actividades para el resto de asociaciones de la ciudad”, explica. “Fueron momentos apasionantes. De aquella, el movimiento juvenil era muy activo. Recuerdo que luchábamos por la educación sexual y por la igualdad”, añade.

Para Curieses, han cambiado las formas, pero no el fondo. “La juventud hoy se comunica por otros canales”, analiza. Pero según dice, el reto persiste. “Ya entonces denunciamos el desmantelamiento industrial. Asturias iba a ser un solar y ahora cada vez que regreso a Gijón veo lo mismo en el avión y en el autobús. Es decir, jóvenes que trabajan fuera”, explica. “Asturias y España no se pueden permitir tener a la generación mejor formada fuera y para ello hace falta una apuesta fuerte por ellos”, postula el primer presidente del CMX.

Rebeca Rodríguez no ha olvidado los años en los que fue secretaria del Conseyu de la Mocedá entre 1999 y 2001 durante el mandato de Julián Alonso, el segundo presidente del CMX. Ahora tiene 44 años y trabaja para la Factoría F5, una firma puntera en la rama tecnológica. Tiene una hija pequeña y ve los retos a los que se enfrenta. Coincide con Curieses. “Cuando yo estaba no había redes sociales y casi no había móviles, pero el objetivo es el mismo. Es decir, lograr la emancipación y tener un empleo digno”, concreta.

Tras Julián Alonso accedió al cargo Francisco Javier Barro, “Chesco”. Estuvo cuatro años, es técnico en animación sociocultural, trabajó en ASATA y entró en el equipo municipal del PSOE en 2012 en sustitución de Ana González, quien por entonces asumió la cartera regional de Educación y Cultura. Estuvo cuatro años en el CMX, hasta el 2005, cuando le dio le reveló Jordán Suárez, presidente hasta 2010. “Recuerdo que crecimos mucho en esos años”, explica Suárez, quien mantiene la tesis de sus compañeros. “Hay poco futuro laboral por la falta de oportunidades y hay un nivel político bajo ante esta situación”, considera.

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Carlos Fernández, que ahora trabaja fuera de España, fue el siguiente en asumir la batuta del CMX desde las Juventudes Socialistas. Estuvo entre 2010 y 2012, cuando le relevó Javier Suárez Llana, por entonces líder de Estudiantes Progresistas y ahora asesor de Izquierda Unida en el Ayuntamiento. Su paso coincidió con el primer gobierno local de Foro, que supuso un recorte de financiación de casi el 50 por ciento para el Conseyu de Mocedá. “Hubo que resetear el CMX. Retomamos el modelo en red con el asociacionismo juvenil, el Ayuntamiento y el movimiento estudiantil que hasta entonces no había mucha relación”, comenta Suárez Llana. También se fundó por entonces el grupo de Salud e Igualdad y se empezó a trabajar en diferentes institutos de la ciudad.

Suárez Llana se mantuvo en el puesto hasta noviembre de 2015. Considera que el gran reto de la juventud no ha cambiado demasiado, a pesar de los años. “Han entrado nuevos debates, como la igualdad o la diversidad sexual, pero en lo material, en lo que se sustenta un proyecto de vida no se ha avanzado mucho”, apunta. “El reto es tener empleo y viviendas dignas”, puntualiza el asesor de IU, quien aboga porque el CMX esté “en cambio permanente”.

Tras Suárez Llana le tocó el turno a Álvaro Granda, quien ahora es el presidente del Conseyu de la Mocedá de Asturias. Tiene 31 años, así que pronto dejará su cargo, pero la pandemia ha retrasado su adiós al no poder convocar el pertinente proceso electoral hasta enero. Granda es licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo y estudió Ciencias Políticas y de la Administración. Se mantuvo en el hasta el 2018. Durante su mandato la institución fue galardonada con la medalla de plata del Ayuntamiento.

“Nuestro paso estuvo influido por el plan integral de la juventud y por la ordenanza de convivencia. Dimos alternativas, pero valió de poco”, repasa Granda. “Recuerdo que fue una etapa positiva en cuanto a participación, pero no tanto a la hora de llevar esa participación a las instituciones”, comenta. Granda considera que los retos de la juventud se vuelven más complejos por la pandemia. “Lograr empleo y emancipación va a ser ahora más complicado, pero no se pueden juntar dos generaciones perdidas seguidas”, puntualiza.

Hace dos años que Aridane Cuevas es la presidenta del Conseyu de la Mocedá de Xixón. Es la primera mujer en acceder a ese puesto en 25 años de historia. Feminista, es licenciada en Pedagogía y tiene un máster sobre adicciones. Fue voluntaria del grupo de Salud e Igualdad y tesorera en los tiempos de su predecesor. Su apuesta pasa por visibilizar colectivos feministas y LGTBI. “Un reto es dejar de criminalizar a la juventud. Especialmente con la pandemia, estamos más centrados en lo que los jóvenes hacen mal que en lo que hacen bien”, cuenta. Como el resto, apunta a que la independencia económica juvenil sigue siendo algo complejo de alcanzar. “Sigue habiendo precariedad laboral”, afirma la actual presidenta del Conseyu de la Mocedá de Xixón, una institución que en sus 25 años de vida ha visto como han cambiado los tiempos, pero también como los retos de los jóvenes se mantienen.

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