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La senda de Deva donde se produjo el accidente mortal de un ciclista, una ruta “llena de riesgos”

Los habituales del trayecto donde Aníbal Díaz perdió el control de su bici y se golpeó en la cabeza explican que “las caídas son habituales”

Accidente mortal en una senda de Deva

No llega a dos kilómetros la senda de Deva donde el pasado viernes el ciclista Aníbal Díaz Fernández sufrió el terrible accidente que le costaría la vida, pero son dos kilómetros sembrados de dificultades. Saltos, obstáculos y barro convierten el tramo que comunica el merendero de La Curuxa con el camping de la parroquia en una ruta extrema, solo apta para expertos. Las caídas y las roturas están a la orden del día. Sin embargo, nunca tan graves como para lamentar una muerte. Nunca tan espeluznantes como para que el casco que sí llevaba puesto la víctima de 43 años resultara inútil para preservar su vida. “Si no conoces el lugar y no tienes un bagaje, es un sitio peligroso”, afirman los conocedores de la senda.

Al lugar donde se produjo el accidente que le costó la vida al enfermero del servicio de Urgencias del Hospital Valle del Nalón se accede desde la AS-331, justo al lado del merendero de la Curuxa, en la parroquia de Deva. Tras caminar unos metros, hay que tomar el camino izquierdo en una bifurcación. Desde ahí se llega a los primeros saltos. Diego González Cortés tiene 22 años y es tres veces campeón de Asturias de Enduro, desde 2015 a 2018. Conoce la senda donde se produjo el accidente como la palma de su mano, de ir a entrenar casi a diario. “La pista está en buen estado, pero no deja de ser peligrosa si no se tiene el nivel adecuado”, comenta.

Precisamente, eso convierte el trágico accidente en algo dramático. Aníbal Díaz Fernández era un joven verdaderamente amante del ciclismo y el deporte. Sus allegados cuentan que solo este año podría haber recorrido cerca de 10.000 kilómetros dándole a los pedales. Su hermano, Adrián Díaz Fernández, que es policía local en Pola de Siero, explicó que el lugar del suceso no era ajeno a Aníbal: “Habría pasado por ahí como unas 50 veces. Fue una fatalidad” .

Diego González Cortes incide en que los accidentes están a la orden del día. El ciclismo de montaña no deja de ser un deporte en el que se asumen ciertos riesgos. Carlos Campomanes, otro aficionado a esta modalidad deportiva y buen conocedor de la senda de Deva donde se produjo el accidente, así lo explica. “Algunos de los saltos que hay allí son muy bestias, pero el lugar en concreto del accidente no es de los tramos más complicados que hay”, cuenta. Campomanes indica que la pista conoció días peores. “Antes estaba en peor estado, pero hace cosa de un año se organizó un grupo de chavales para construir saltos y hace como diferentes niveles”, añade. “Lo que está claro es que hay que ir bien preparado. No vale cualquier bici y es recomendable llevar un casco integral”, puntualiza.

Rubén Patricio, del club BBT Rey Pelayo de Gijón, describe la senda de Deva como “una zona técnica, que requiere tener experiencia”. “Hay trampolines y hay saltos que yo no me atrevo a hacer porque son hasta de un metro de altura”, concreta el ciclista, también buen conocedor del lugar donde Díaz Fernández perdió la vida. El trágico accidente fue duro para la familia y para los profesionales del Hospital Valle del Nalón donde trabajaba como enfermero en el servicio de Urgencias. Sus restos mortales estuvieron ayer en el tanatorio de La Florida, en Sotrondio. Él, como su familia, era de El Entrego, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio, pero vecino de Gijón. Su funeral será hoy en ese mismo tanatorio a las 12.00 horas.

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