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Los agentes que salvaron a una mujer en el puente de El Llano: “De casualidad, pasó su médica en coche; que la llamara por el nombre, ayudó mucho”,

Los policías Alberto Fernández y Tino Francos relatan cómo lograron rescatar a esta gijonesa de 45 años que a punto estuvo de precipitarse

Por la izquierda, Tino Francos y Alberto Fernández, ayer, en la Jefatura de la Policía Local de Gijón. Juan Plaza

La llamada de un amigo de la mujer que a punto estuvo de precipitarse desde el puente de la avenida de El Llano movilizó en cuestión de segundos a varias patrullas de la Policía Local para salvarle la vida. Los agentes Alberto Fernández y Tino Francos, que desde hace casi dos décadas forman pareja policial, fueron los primeros en llegar a la zona y quienes lograron que la gijonesa, de 45 años, se tranquilizase y renunciase a su actitud autolítica. “Este tipo de intervenciones son de las que más orgulloso te sientes. Se vive con mucha tensión en el momento, pero luego es satisfactorio cuando sale bien”, coinciden los dos policías que salvaron de esta vecina de la ciudad.

El aviso llegó a la central a las 15.17 horas. “Estábamos muy cerca, donde el centro comercial Los Fresnos, y llegamos de inmediato”, relata Alberto Fernández. Con ayuda de otros compañeros, él y Tino Francos se pusieron cada uno a un lado del saliente del puente sobre el que se encontraron a la mujer, que estaba muy alterada y no paraba de moverse. “Se ponía de pie, luego de rodillas, se sentaba con las piernas colgando, estaba muy inquieta y se movía mucho; pudo caerse en cualquier momento”, destacan. Mientras, con la colaboración de la Policía Nacional, se cortó el tráfico que entraba y salía por el túnel de El Llano. Todo ocurrió en cuestión de minutos donde la prioridad era salvarla.

“Se ponía de pie, luego de rodillas, se sentaba con las piernas colgando, estaba muy inquieta y se movía mucho; pudo caerse en cualquier momento”, afirman los policías

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Comenzaron entonces las conversaciones con ella para intentar tranquilizarla. Tuvieron la suerte de que la conocían porque había sido camarera de un bar próximo a la comisaría de la calle San José. También ayudó, y mucho, que fruto de la casualidad pasase en coche por la zona la médica del centro de salud de la mujer, que la llamó por el nombre y ayudó a los agentes. “Cuando pudimos llamarla por el nombre eso fue primordial para que nos atendiera y se calmase”, desvela Francos.

En apenas un cuarto de hora de trabajo coordinado, los agentes lograron poner fin al angustioso incidente. “Se acercó un poco a mi para darme su móvil, y en ese momento me agarré a ella contra la barandilla para que no se cayera; luego llegaron el resto de compañeros y logramos salvarla”, relata Tino Francos. “Este tipo de actuaciones tan graves son poco habituales”, coinciden.

Una vez pasaron los momentos de angustia, fueron ellos los encargados de llevarla hasta el Hospital de Jove para someterla a una revisión médica. “Cuando nos fuimos, la mujer se abrazó a nosotros y nos dio las gracias”, desvelan los agentes que lograron dar una nueva oportunidad a esta gijonesa.

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