Esta semana, tras varias reuniones telemáticas, la última edición de “Habilidades para el empleo futuro” finalizó con un buen sabor de boca entre los participantes. “Cuando acabas la universidad sales con tu título y te topas con compañeros más mayores que tú que a lo mejor no tienen tantos estudios, pero sí un dominio apabullante de lo que hay que hacer. Hay cosas que solo aprendes trabajando”, razona Nacho Sandoval, de 26 años, ingeniero.
El programa pone en contacto a menores de 30 años con poca o ninguna experiencia laboral con varias empresas gijonesas, entre ellas, Idonial, DXC, Samoa y Saint-Gobain. Lo hacen tutelados por Emma González, responsable de gestión de la edición, y de Marino Zapatero, director general del Club de Calidad. Las empresas les dicen qué buscan en sus empleados y los jóvenes toman nota. Y el modelo funciona –empezó en 2015– porque ayuda a identificar los “puntos débiles” de cada joven, según explica Sara Suárez, de 22 años y graduada en Turismo. En su caso, ahora sabe que su faceta a mejorar es la gestión de su tiempo. La de Lucía López, de 21 años y futura geóloga, es aprender a tolerar su estrés. La de Marina González, técnica superior en Química Ambiental de 24 años, es confiar en su capacidad de liderazgo. Todos dicen sentirse ahora “mejor preparados” para su próxima entrevista de trabajo y encaran con menos ansiedad un futuro laboral que sigue siendo complejo, pero que les asusta menos tras esta experiencia.