La misma entrega y acierto que Cuca Alonso ponía en sus novelas o artículos lo demostraba en cada preparación gastronómica que servía en su mesa. Su fama de magnífica cocinera siempre la llevó a gala, una tarea nada sencilla cuando solo contando a sus hijos se veía con nueve comensales a la mesa. Nunca faltó un plato en su casa y siempre disfrutó con las visitas de sus hijos y nietos por fechas señaladas. Más de una vez tuvo que salir apurada de los toros, otra de sus pasiones, en especial a las faenas buenas de Enrique Ponce en El Bibio –seguro que por aquello de la elegancia–, para cumplir con toda la familia en la noche de los Fuegos.

“Era muy empecinada y segura de su capacidad. Metía siete trenes por una vía”, aseguraba su hija Reyes ayer en el velatorio, mientras también recibía el pésame por el fallecimiento a los 81 años del político Juan Hormaechea, cuñado de Cuca Alonso.

La lectura de un buen libro, el disfrute con una imposible coreografía de danza o una melodiosa sintonía, en especial de la Banda de Música de Gijón, eran las vías de escape de una mujer “muy trabajadora” y comprometida con su familia. También los baños en la Cantábrica le ayudaban a descansar de su ajetreada agenda, que incluía viajes a París y Madrid para elegir las mejores prendas para sus boutiques. Nada entró en Pochola que no fuese elegante y acorde a los tiempos. Otra de sus cualidades, saber evolucionar.

Cuca Alonso fue una mujer a la que nada del mundo le fue ajeno. Quienes mejor la conocían saben que las inquietudes la acompañaron hasta sus últimos días. Tuvo en el teatro Jovellanos su segunda casa. Las butacas a las que no faltaba. “Su trato agradable y la inquietud cultural hacían muy grato estar con ella. Era una persona muy interesante, y lo lamento porque era un persona de Gijón, de esa gente que se está perdiendo en una ciudad en la que nos identificábamos todos”, describe Carmen Veiga, exgerente del Teatro Jovellanos.

Las buenas palabras, el sentido del humor y la picardía de Cuca Alonso quedan ahora en la hemeroteca, pero especialmente en todas aquellas personas a las que ha marcado con su lección de vida.