El gijonés Homero Menéndez, de 76 años, ha sido reconocido internacionalmente como uno de los mejores maquetistas de museo, a pesar de que se define como autodidacta. De la laboriosidad de sus manos y de su infinita paciencia para los detalles han surgido algunas obras maestras que hasta hace algunos años lucían expuestas en Madrid. Pero, ahora, estas creaciones hiperrealistas están a punto de desaparecer: se han quedado anticuadas, encerradas en un almacén municipal tras el cierre del Museo de la Ciudad. Y, por su gran tamaño, nadie las quiere. El Ayuntamiento de la capital planea destruirlas si nadie pone remedio. Y con ello desaparecerán dos recreaciones monumentales creadas por el asturiano: una gran maqueta de la Almudena y otra del Madrid de los Austrias. También está condenada a la basura una reproducción de Las Ventas, pero que no es obra suya.

“Es una auténtica pena”, confiesa Menéndez desde Madrid, donde reside. “En ellas eché muchos años, mucho trabajo y ahora es una grandísima lástima que se pierdan”, asegura. “Igual alguien las quiera”, añade, “aunque fueron pensadas para un museo, y es ahí donde deberían estar”. “No se entiende muy bien la decisión”, concluye.

La historia de estas reproducciones viene de atrás. Fueron un encargo del exalcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano, quien decidió en plena vorágine museística en todo el país que la capital contara con réplicas en tamaño pequeño de sus principales edificios, barrios y elementos urbanos. El Museo de la Ciudad abrió en 1992 y se cerró en 2002 y llegó a ocupar cinco plantas con sus reproducciones. Pero los cambios en el gobierno local y la digitalización dieron al traste con el trabajo minucioso de Homero Menéndez. La Almudena y el Madrid de los Austrias acumulan polvo en un almacén municipal junto con otras piezas. Algunas han sido trasladadas a otros almacenes, pero estas dos, por su tamaño, no tienen futuro.

Maqueta de la Almudena

“En su día, llegamos a trabajar 14 o 15 personas”, señala el gijonés, que cita una larga lista de encargos de maquetas para el museo: el parque del Retiro, la fuente de la Fama, San Antón, el observatorio astronómico del Retiro, el antiguo Ayuntamiento de Madrid, la Puerta de Toledo, el Palacio Real, un autobús de dos pisos, un trolebús eléctrico, la estatua de Colón el primer tranvía de caballos de la ciudad, el primer y el último tranvía eléctrico que circuló por Madrid... Una larga lista que, sin embargo, no ha alcanzado el reconocimiento que esperaba. “Es un trabajo artesano laborioso, algunas maquetas son enormes y los encargos llegaban desde el Ayuntamiento sin parar”, rememora. Por eso, le cuesta entender que todo ese esfuerzo lleve tanto tiempo apartado y que ahora vaya a desaparecer.

De entre sus obras, le cuesta elegir su favorita, porque a todas les puso “mucha dedicación”. Pero quizás el Retiro “es una de las más importantes, por su tamaño y por el nivel de detalle” que tiene. Una precisión milimétrica que también ha conseguido en un Madrid de los Austrias donde cabe en una mesa todo el corazón de la mayor ciudad española.

No han sido los únicos trabajos de Homero Menéndez. “Trabajé para muchos museos y para el cine y la televisión”, recalca. Célebre es la maqueta que creó para un anuncio de la marca de vehículos Audi, en la que King Kong era el protagonista. “No es un trabajo muy reconocido y ahora que dicen que van a tirar esas maquetas... Quiero más no verlo”, sostiene. Un Madrid de no hace tanto y que, sin embargo, se desvanece con el tiempo.