Empezaron como un fiestero grupo de trabajadores de Telefónica, muchos llegados desde el País Vasco. Viendo que la tradición carnavalera empezaba a arraigar con fuerza en el Gijón de los años 80, decidieron formar una charanga. Una que tendría que ser “cojonuda”. Así que se empezaron a llamar “Los Gijonudos”. Los tiempos no están del todo claros, pero se calcula que la fundación de este grupo empezó a debatirse por estas fechas hace ahora 40 años. Así que su actual presidente, Javier Blanco, ha preparado un programa de festejos para conmemorar el nacimiento. Los actos comenzaron ayer con una sesión que acabó siendo online –ante la prohibición vigente de encuentros culturales– y en la que los 60 antroxeros que forman hoy el grupo charlaron con aficionados carnavaleros de varios rincones del mundo para debatir sobre cómo el Carnaval se adopta a todo tipo de tradiciones.
“Los Gijonudos” viven su mejor momento desde 2017, cuando tras varios años de “parón” viviendo de fiestas y romerías de la región, decidieron volver a inscribirse en el concurso de charangas del Antroxu. “Estamos en plena evolución, y por eso ahora queríamos poder celebrar bien los 40 años, pero no contábamos con la pandemia. Se irá haciendo lo que se pueda durante el año que viene, aprovechando que tenemos tiempo”, reconoce Blanco, que sabe desde hace ya meses que el Ayuntamiento no baraja celebrar su concurso anual el próximo febrero. Él se apuntó a la charanga en 2010, recuerda, porque leyó un anuncio en el periódico y es presidente desde hace tres años.
Fue también Blanco el principal organizador de la improvisada cita online de ayer –no se le notificó hasta el día anterior que no podría contar con un local público–, que contó con la presencia por videoconferencia de los antroxeros Manuel Yáñez (Galicia), Álvaro Deniz (La Palmas), Camilo Candales (Cuba) y Nora Erika Morales (México). Fueron especialmente interesantes las aportaciones de estos dos últimos. Morales aclaró que, en su país, el Carnaval está muy vinculado a la muerte como homenaje y oportunidad de fiesta, y Candales que, en el suyo, la celebración había ganado ahora auge tras animar en la última década a la participación extranjera, fomentando el turismo.
