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El informe definitivo sobre el carbón en San Lorenzo apunta a El Musel como origen

“Es imposible” que la mayor parte del mineral de las manchas de los tres últimos años proceda del “Castillo de Salas”, concluye el Incar

Mancha de carbón a la altura de la escalera 12 de la playa de San Lorenzo, en el verano de 2019. Ángel González

“La procedencia de la mayoría del carbón de la playa de San Lorenzo hay que buscarla en áreas cercanas al arenal donde se gestionen miles de toneladas de carbón, como, por ejemplo y con alta probabilidad, el puerto de El Musel”. Esa es la conclusión del informe definitivo que el Instituto del Carbón (Incar) ha entregado al Ayuntamiento de Gijón sobre el origen de las manchas negras que periódicamente cubren la principal playa gijonesa. El organismo científico ha logrado determinar que la gran mayoría del carbón presente en las avenidas de 2018, 2019 y 2020, así como el que se encuentra mezclado permanentemente con la arena, es muy diferente del que transportaba el barco granelero “Castillo de Salas”, hundido frente al Cerro de Santa Catalina en 1986 con algo menos de 100.000 toneladas de carbón en sus bodegas.

Los informes preliminares que había ido entregando el Incar al Ayuntamiento ya venían dando datos sobre la inconsistencia de la teoría que atribuye el origen de las manchas a un naufragio de hace 34 años. El definitivo ha acabado de atar todos los cabos y ha concretado que el 61,7% del carbón de las manchas de la playa de 2019 y 2020 y el 68,4% de las manchas que se produjeron en 2018 es imposible que fuera del “Castillo de Salas”.

Los porcentajes restantes –un 38,3% del de las manchas de este y el año pasado y un 31,6% del de las de 2018– son carbones con un rango compatible con los que transportaba el “Castillo de Salas”. Esto es, que podría proceder del pecio, pero sin asegurarlo. De hecho, el informe del Incar considera que el porcentaje real de carbón del “Castillo de Salas” sería menor. Si el informe del Incar no concreta más a este respecto se debe a que los datos que ha manejado sobre el cargamento del “Castillo de Salas” son documentales, suficiente para las conclusiones a las que llegó, pero para ir más allá precisaría haber analizado muestras.

El barco traía carbón de minas de los Apalaches para Ensidesa y para una empresa química. Carbón con características similares tanto de esa procedencia como de otras partes del mundo se estuvo descargando en El Musel antes y después del naufragio del granelero. El estudio del Incar también ha constatado un cambio significativo en cuanto a las manchas de carbón que aparecen en la playa. En las muestras que recogieron en 2019 y 2020 aparece por primera vez antracita, cuando la misma no se había encontrado ni en 2018 ni en los diversos estudios sobre carbón en la playa de San Lorenzo que el Incar ha venido efectuando desde 1956. Además, aunque el carbón térmico sigue siendo el predominante en las manchas, su porcentaje se redujo de manera significativa y progresiva en las avenidas de carbón del año pasado y el actual respecto a las que se produjeron en 2018.

Esos cambios coinciden con la evolución de la descarga de minerales en el puerto de El Musel, por el cierre de las centrales térmicas de carbón que se abastecían por sus muelles y por el incremento en los últimos años en el manejo de antracita, un tipo de carbón que no transportaba el “Castillo de Salas”. Por otro lado, las partículas del carbón recogido en la playa están redondeadas, lo que indica que han pasado un periodo de tiempo largo en el agua.

El estudio encargado por el Ayuntamiento al Incar no se limitó a analizar muestras de las avenidas de carbón en la playa, sino también tomó muestras de arena en condiciones normales para analizar el carbón mezclado con la misma hasta 45 centímetros de profundidad. La conclusión, idéntica: la gran mayoría del mismo tiene características incompatibles con las del que transportaba el “Castillo de Salas”, en concreto el 75,3%, mientras que el 24,7% si podría proceder al hundimiento, aunque probablemente el porcentaje sea inferior.

Operarios de Emulsa recogiendo carbón en San Lorenzo Ángel González

A todo esto se une que en las muestras analizadas se han encontrado coque de petróleo, coque de carbón, cenizas, grafito y pizarras carbonosas que tampoco transportaba el “Castillo de Salas”. El informe va más allá y también descarta la hipótesis de que las manchas de carbón en San Lorenzo estén relacionadas con vertidos efectuados en alta mar frente a la costa gijonesa. De ser así, se indica en el informe, las corrientes también llevarían el carbón a las playas del este del concejo o a las cercanas en Carreño y ni en Xivares, ni en El Rinconín ni en Peñarrubia, se encontró carbón o sólo pequeñas trazas.

Además de en estos arenales, el Incar también tomó muestras en otras playas gijonesas. Sólo las de El Arbeyal y Poniente contienen cantidades significativas de carbón con características parecidas a las de la playa de San Lorenzo. En Los Mayanes y El Cervigón, lo que aparecieron aparecieron fueron sólo algunos fragmentos dispersos de carbón.

Para acabar de dar la puntilla a la teoría del “Castillo de Salas” como responsable de las avenidas de carbón que la principal playa gijonesa sigue sufriendo 34 años después del hundimiento, el Incar tiró de sus propios archivos, remontándose a un estudio encargado en 1956 por el Ayuntamiento de Gijón sobre el origen del carbón que ya por entonces aparecía en la playa. Esto ocurría tres décadas antes del hundimiento del “Castillo de Salas”, lo que para el Incar es una prueba sólida de que hay que apuntar en otra dirección al preguntarse por el origen de las manchas de carbón. El Incar analizó de nuevo la muestra de carbón que había tomado en 1956, así como otra de 1986, tras el hundimiento.

El Ayuntamiento ha recibido el informe del Instituto del Carbón tras más de un año de trabajo del mismo, ya que lo encargó en octubre de 2019.

Las conclusiones del informe

  1. Más del 60% del carbón de las manchas de 2018 a 2020 es muy diferente al que traía el “Castillo de Salas”. El resto podría proceder del barco o no.
  2. El 75,3% del carbón se ha ido acumulando en la playa con los años es incompatible con el del barco hundido.
  3. En los dos últimos años se ha detectado antracita y reducido progresivamente la presencia de carbón térmico en las manchas de la playa.

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