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Un gijonés experto en patrimonio mundial ayudará a los exalumnos de la Laboral

“La carta a los alcaldes es un acierto”, dice Fernández Salinas, miembro de un organismo internacional que elabora informes para la Unesco

Víctor Fernández Salinas.

La asociación de Antiguos Alumnos de La Laboral sigue sumando apoyos para que el complejo arquitectónico sea Patrimonio de la Humanidad. Decenas de alcaldes asturianos han mostrado ya su apoyo público a la candidatura después de que el colectivo les enviase una carta solicitándoselo, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Y ahora, Víctor Fernández Salinas, catedrático gijonés de la Universidad de Sevilla, está dispuesto a echarles una mano en su empeño. El docente es uno de los expertos que forman parte del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), uno de los organismos que asesora a la Unesco a la hora de dar su visto bueno a las propuestas para Patrimonio Mundial. La semana que viene se reunirá con los antiguos alumnos para prestar su experiencia y conocimientos a título individual. “Escribir la carta a los alcaldes fue un acierto. La Unesco valora mucho esas acciones”, asegura Fernández Salinas.

A juicio del gijonés, que fue secretario general del comité nacional español de ICOMOS, el pasado reciente de la Universidad Laboral puede ser un aspecto positivo a la hora de aumentar sus posibilidades, por encima de sus orígenes. “No hay que borrar lo político, pero sí mantenerlo en su justa medida”, explica Fernández Salinas. “A la Unesco le puede gustar cómo se ha reinventado la Universidad Laboral. Es decir, cómo se ha democratizado y cómo se ha convertido en un elemento cultural a la vanguardia”, apunta el especialista. “Hay que discernir entre los valores patrimoniales del edificio y la lectura del momento político en que fue creado”, matiza.

En opinión de Fernández Salinas, la Universidad Laboral tiene a su favor la fecha de su construcción, a mediados del siglo XX. “En la lista de monumentos apenas hay edificios de este siglo, es algo casi irrelevante y eso siempre es un punto a favor”, puntualiza el especialista. “Es importante el relato. Es decir, habría que buscar fórmulas de arquitectura de esa época y de carácter educativo a lo largo de la Historia y compararlas para ver qué aporta La Laboral”, añade.

Obtener la etiqueta de Patrimonio Mundial es complejo. La condición indispensable es que la candidatura acredite tener lo que en la materia se conoce como “valor universal excepcional”, para lo que hay criterios específicos. A ello hay que sumar las presiones políticas que se dan en un foro como las Naciones Unidas. En contra de La Laboral juegan varios aspectos. Uno de ellos que España es el tercer país, por detrás de Italia y de China, con más bienes y que hay 16 comunidades autónomas que tienen en marcha candidaturas.

A ello hay que sumar que el país está en la región de América del Norte y Europa, la primera de las cinco con más monumentos apadrinados por la Unesco. De ahí, que a juicio de Fernández Salinas, el apoyo político para La Laboral sea “fundamental”. “Se tiene que ver que detrás de la propuesta hay una trascendencia política y que no es una cosa de una asociación. Involucrar a los alcaldes es muy bueno porque este asunto tiene mucho de patrimonial, pero también de político”, remata Fernández Salinas.

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