Un convenio a tres bandas que comprometa también la participación del Principado de Asturias y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico es la fórmula en la que está trabajando la concejalía de Medio Ambiente, que encabeza Aurelio Martín, para poner en marcha un plan de limpieza y mantenimiento de los ríos de Gijón para los próximos años. Aún no se han concretado los compromisos económicos de cada una de las tres administraciones, pero el objetivo compartido es diseñar un plan integral de actuación que afecte a todos los ríos del concejo y con un calendario de trabajo plurianual. Si todo sale según lo previsto, el convenio podría estar firmado en unas semanas.
El pacto garantizaría la colaboración de todas las entidades implicadas generando una “unidad de acción” que evite los desajustes que supone que distintos tramos de un mismo río estén bajo la competencia de una u otra administración, dependiendo de si pasan o no por la zona urbana del concejo. Además, sería una apuesta clara y contundente por el mantenimiento de los ríos en respuesta a una queja casi histórica del movimiento vecinal gijonés: tanto el rural como el urbano. Los vecinos denuncian que la falta de cuidado de los cauces de los ríos genera problemas de inundaciones y desbordamientos aguas arriba y que la suciedad llegue aguas abajo alcanzando, en ocasiones, a las playas.
La red hidrográfica del concejo, relativamente densa pero de corrientes cortas, se articula en dos cuencas: la del Piles, al este y la del Aboño-Pinzales, al oeste. Sobre esas cuencas vierten sus aguas multitud de arroyos. Entre los que destacan los de Meredal, Llantones, Tremañes, San Miguel, Peña francia, Vega, Lloreda, Veranes o La Braña. El Pilón, a su paso por Moreda, es otro de los ríos cuyo mantenimiento fue motivo en los últimos tiempos de quejas vecinales, debates plenarios y actuaciones municipales.
Ese conjunto de ríos y arroyos sería el global del campo de acción del nuevo plan de trabajo repartiendo las cargas entre las tres administraciones. Ahora mismo, la Confederación asumía el mantenimiento de los cauces fluviables en la zona periurbana a través de Tragsa y el Ayuntamiento se encargaba de actuaciones puntuales en los tramos urbanos. Algo que se ha dejado ver en los últimos años en los ríos Piles y Pilón pero sin continuidad.
El último movimiento en cuanto a la limpieza de los ríos gijoneses se fecha a finales del pasado mes de octubre. La Confederación publicitó entonces trabajos de mantenimiento en los cauces del arroyo de La Pedrera, en las inmediaciones de la parroquia que lleva su nombre; en el río Pinzales, en el entorno de Caravedo; y en el río Aboño, en las proximidades de Veriña. La actuación se centraba en el desbroce de márgenes, retirada de árboles caídos, restos vegetales y otros residuos retenidos en los cauces y la inversión se calculó en 15.000 euros. Se calculó otra partida de 60.000 euros para la retirada de áridos.
Para este proyecto de mantenimiento de los ríos los contactos de los responsables municipales del área han sido con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y con el Principado de Asturias a través de la Dirección General del Medio Natural.
El Principado, a través de esta dirección general que lidera David Villar y de la viceconsejería de Medio Ambiente de Nieves Roqueñi, es también socio del Ayuntamiento en las actuaciones que se plantean para el río Piles. La vicenconsejería ya ha confirmado un millón de euros para el proyecto de renovación del colector del río Peñafrancia. Son 400.000 euros en el presupuesto del año que viene y 600.000 en el 2022. Y ahora se trabaja en la fórmula de financiación para las actuaciones que tienen que ver con el arreglo de las lagunas del parque de Isabel la Católica y la renaturalización del río, que tienen un coste estimado de 1,3 millones. El Ayuntamiento está diseñando los proyectos con la idea de que, vía convenio, los ejecuten o financien otras administraciones.
