El Teléfono de la Esperanza, con el patrocinio del Club Rotario de Gijón, lanzó hace unas semanas un reto a los más jóvenes dentro de sus actividades para prevenir el suicidio. Se trataba de un concurso de relatos cortos bajo el título “Te regalo una coma”, una frase que debía aparecer en los relatos que se presentaran al certamen. Además, las historias debían versar sobre personas que afrontan dificultades psicológicas y emocionales, para servir de inspiración para seguir adelante pese a las dificultades.

La convocatoria fue un éxito, con 23 relatos a concurso. La entrega de premios tuvo lugar ayer con cuatro galardonadas en diferentes categorías. El primer premio para concursantes entre 13 y 16 años fue para Candela Díez por la historia «Presente», que narra una experiencia traumática sufrida por una adolescente, su paso por un internado y la transformación vivida al encontrar un grupo de amigos y amigas que se convierten en su familia. El segundo premio en esta categoría fue para Isabel Arias, con «Todo empezó con una coma», un relato sobre una adolescente que no se siente querida en su casa, tampoco el colegio parece ser un lugar en el que sentirse bien. La presencia de su abuela y los recuerdos asociados a ella, le dan la fuerza necesaria para seguir adelante.

En la segunda categoría, de 17 a 19 años, María López se hizo con el primer premio con “Vivir viviendo”, que aborda una situación de violencia en un colegio desde la perspectiva de un adolescente que se debate entre la seguridad de seguir siendo parte de un grupo y el dolor por la muerte de un amigo, víctima de la violencia en ese entorno.

El segundo premio ha sido para “Querido hermano, cómo decirte”, de Elisa Yang Salas, una narración en primera persona de la experiencia de duelo por la muerte de un hermano, el impacto que el suceso produce en la familia y las dificultades psicológicas para lograr una aceptación.