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Presidente de la Asociación de Vecinos “Santo Tomás” de Granda

El presidente vecinal de Granda: “Se debe garantizar la seguridad vial en la parroquia antes de abrir la nueva ITV”

“Granda tiene que aportar su terreno, pero con los polígonos industriales de Roces y Porceyo tan cerca la estación está metida con calzador”, asegura Félix Gómez

Félix Gómez Juan Plaza

Félix Gómez (Zurich, 1971) es el presidente de la Asociación de Vecinos “Santo Tomás” de Granda desde hace más de una década. Está preocupado por la nueva estación de ITV que se asentará en una antigua nave de embutidos de la parroquia gijonesa cercana al matadero. El centro tiene luz verde del Principado, estará disponible este verano y su misión será descongestionar la actual estación situada en el camino del Melón en Tremañes, donde la lista de espera y las largas colas son habituales.

–¿Cómo se enteró de la nueva estación de la ITV en Granda?

–Nos enteramos por la prensa. Fue una sorpresa inesperada, pero comprendemos que se trata de una adquisición de una empresa privada y no tiene por qué ser oficial ni tienen obligación de avisarnos.

–¿Cómo se lo han tomado los vecinos?

–En principio, con cierto temor por el impacto medioambiental que pueda generar, según dónde fuera ubicada. Granda tiene mucho verde, zonas medioambientales protegidas, aves estacionales. Ahora ya sabemos dónde va estar.

–Efectivamente, muy cerca del matadero. ¿Le parece buen sitio?

–Es la zona donde menos impacto medioambiental va a generar, en cuanto al hábitat de aves y zonas verdes porque en ese lugar ya hay industria. Está el matadero de Gijón y hubo otra industria, una nave de embutidos, que es justo donde va a estar la estación de la ITV. Es un lugar, digamos, más industrial.

–Será de lo poco industrial de Granda...

–Sí, lo poco industrial que hay en Granda está ahí. Ese temor inicial queda entonces algo diluido, con las reservas lógicas de las molestias que pueda ocasionar para las viviendas unifamiliares de ese entorno.

–¿El aumento del tráfico en la parroquia será uno de los inconvenientes?

–Sí, esa es la inquietud principal que hay ahora en la parroquia. Instalar cualquier industria tiene sus consecuencias y está claro que esta traerá más tráfico rodado que tendrá que circular por caleyas, vías terciarias y caminos de pueblo.

–El matadero ya genera tráfico por sí mismo.

–Sí, pero escaso. Son camiones pequeños que llevan el ganado y que tienen unos horarios muy concretos. O van muy de madrugada o van muy de noche. Es un tráfico invisible para nosotros. No es que sea muy denso.

–Prosiga.

–Entendemos que el tráfico en la parroquia va a crecer con la ITV. Los accesos no están preparados para soportar ese tráfico, porque son estrechos. Además no hay arcenes ni en muchos casos aceras.

–¿Es una zona con mucho tránsito peatonal?

–Sí, están los caminantes interparroquiales y los que vienen de la zona urbana. Hay mucha afluencia de paseantes y deportistas. Tal y como están esos caminos ya hay problemas. Si sumamos el tráfico, los inconvenientes serán más serios.

–¿Qué reclaman?

–Adaptar los caminos de toda la vida. Ensancharlos para que fueran seguros, que haya aceras y arcenes para disminuir el peligro para los peatones.

–¿Se oponen a la estación?

–No, Granda tiene que aportar su terreno. No puede ser una reserva indígena e intocable. Nos gusta mantener el carácter rural, sin edificaciones en altura. En Granda, la vida sigue siendo la de la aldea, pero somos parte de Gijón. Si se dan accesos y seguridad, no nos negaremos tajantemente.

–Gracia tampoco le hace.

–No queremos ser insolidarios y pedir que se instale en otras parroquias. Ahora bien, teniendo dos polígonos industriales tan cercanos (Roces y Porceyo) y con buenos accesos parece que en Granda está metida con calzador.

–¿Quién tiene que acometer esas medidas?

–El Ayuntamiento. Los accesos y la seguridad vial tienen que ser condición indispensable para conceder la licencia de actividad.

–Inicialmente se les dijo que sería en unos terrenos que salían a subasta.

–Sí, cierto. Esa era la primera información que teníamos. Parece ser que las fuentes municipales no tenían información fiable. Al final es una empresa privada que compra un terreno. En cuanto supieron cómo era, nos avisaron y nos explicaron.

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