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“Siempre que llueve el ascensor se inunda”, denuncian los vecinos de un bloque de Tremañes

La comunidad pide solución al Ayuntamiento, que reformó los pisos, en el poblado de Inuesa, en 2016: “A mi marido le cuesta un mundo salir de casa”

Consolación Bermejo y José Antonio Rivas, ante el ascensor con imágenes del hueco inundado. Ángel González

Los vecinos del bloque 14 del poblado de viviendas de Inuesa, en la zona de Tremañes, llevan desde finales de año sin poder utilizar el ascensor del inmueble debido a que la caja del elevador se encuentra completamente inundada, a causa del temporal que azota la región en las últimas semanas. Pero el problema no es nuevo. “Desde que pusieron el ascensor, hace cuatro años, siempre que llueve mucho queda inutilizado”, denuncia Consolación Bermejo, una de las vecinas del inmueble renovado en 2016 gracias al plan de barrios degradados del Ayuntamiento, cuando se construyó el ascensor.

La inundación del ascensor es una problemática que se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los ocho vecinos del edificio, especialmente para Marisol Pérez y su marido, Antonio Rivas, con dolencias cardiacas y al que “le cuesta un mundo” subir y bajar las escaleras. Esta situación le tiene “prácticamente” confinado en casa. “El hueco del ascensor parece un pantano”, describe Bermejo, que se ha puesto en repetidas ocasiones en contacto con el Ayuntamiento, la constructora e incluso la Empresa Municipal de Aguas, sin éxito. Es tal la desesperación que sufren por este recurrente problema que los vecinos se han visto obligados a comprar una bomba para achicar ellos mismos el agua con el artilugio y calderos. “El agua que sacamos, no se sabe. Está imposible”, remarca la vecina. De hecho, “el ascensor echa agua por las escaleras como un grifo abierto”, asegura. Tampoco pueden desatrancar la puerta.

Las quejas se avivan ahora que el inmueble está cerca de cumplir la garantía de obra del constructor. “Tienen que aprovechar y arreglarlo del todo antes de que venza”, solicitan los moradores del inmueble, que aseguran que “lo dejaron mal desde el principio”. “La constructora se llevó el dinero y ahora no quiere saber nada de nosotros”, considera Marisol Pérez, que afea que “todos se lavan las manos con el asunto y tenemos ascensor solo para la foto”.

Junto a la bomba, en su bloque de Tremañes.

Junto a la bomba, en su bloque de Tremañes.

Su enfado tiene aún mayor motivo, debido a la delicada situación de su marido. “Cuanto más tiempo esté encerrado en casa, peor se pone; y ahora no puede salir”, afirma Marisol Pérez. “Tenemos ascensor, pero no podemos utilizarlo. Es una faena muy grande”, aporta su hijo, José Antonio Rivas. Las inundaciones también afectan a los trasteros situados en el sótano, donde él tenía materiales de escayola, que “tuve que tirar casi todo”.

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