Las entradas y rápidas salidas de algunos clientes en un establecimiento de la avenida de Rufo García Rendueles, justo en frente de la playa de San Lorenzo, y las informaciones previas recibidas sobre la venta de sustancias estupefacientes, llevaron a los agentes de la Policía Nacional a intervenir en un local hostelero en el que supuestamente se vendía hachís. Las labores de vigilancia permitieron confirmar este extremo y detener a uno de los empleados, un gijonés de 36 años al que se le atribuye un delito contra la salud pública.

Los agentes, en la noche de ayer, realizaron labores de vigilancia y confirmaron que había personas que entraban, pedían una botella de agua y al poco volvía a salir. Al interceptarles, los policías comprobaron que habían adquirido la droga en el interior. Esos clientes señalaron al camarero al frente del negocio, que al menos había despachado ya tres trozos de hachís.

Una vez en el interior del local se procedió a identificar y detener al camarero, que pasó a disposición del Juzgado de Guardia, confirman fuentes policiales.