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El asaltante de la Gota de Leche había provocado ya “otros altercados” con Servicios Sociales

El hombre, que reventó 31 ventanas, mesas y sillas con dos martillos, quedó ayer en libertad con cargos tras pasar ante la autoridad judicial

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Los destrozos en la Gota de Leche tras el asalto de un hombre

El gijonés de 44 años que la madrugada del pasado lunes se dedicó a romper ventanas en la Gota de Leche no era la primera vez que atentaba contra la sede de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, aunque nunca de forma “tan agresiva” como en la última ocasión. Este individuo, J. D. F. A., transeúnte sin domicilio conocido, ya había provocado altercados con anterioridad a las puertas del edificio con insultos varios y palabras malsonantes hasta que se lanzó a entrar a golpe de martillo para destrozar el mobiliario. Pese a su detención por la Policía, ha quedado en libertad con cargos tras prestar declaración en sede judicial dado que solo se le atribuye un delito de daños.

El trabajo en la Fundación de Servicios Sociales sigue adelante, con los empleados tratando de recuperar la normalidad sin dejar de atender a todas las personas que, con cita previa, acuden cada día. Eso sí, más allá de la ventilación recomendada por la pandemia, el frío se ha apoderado de las estancias y despachos después de que este hombre reventar hasta 31 ventanas de doble cristal de todas las plantas. Los daños materiales todavía no han sido tasados, pero si se han denunciado los hechos ante la Policía Nacional.

J. D. F. A., que “ya había montado más follones, pero nunca como este”, según los empleados de la Fundación, utilizó dos martillos para emprenderla a golpes contra todo lo que encontraba. Accedió por una ventana de la planta baja, pero antes tuvo tiempo para destrozar uno de los azulejos de la Gota de Leche. Una vez dentro subió al primer piso para comenzar a dañar las ventanas provocando los primeros ruidos que alertaron a los vecinos de la zona, especialmente a los edificios que dan a la confluencia entre las calles Magnus Blikstad y Llanes. Algunos moradores hasta se despertaron por el ruido y así llegó el aviso a la Policía.

Manchas de sangre

El hombre siguió provocando destrozos a pesar de que al reventar los cristales se estaba provocando cortes en las manos. “Había manchas de sangre”, describen los trabajadores sobre la escena que se encontraron al regresar a sus puestos de trabajo tras las fiestas de Año Nuevo. Tan solo el ver a los agentes, que entraron por la ventana que él mismo había roto –luego la cerró desde dentro–, puso fin a su acción y dejó a un lado los martillos que le incautaron.

No era la primera vez tampoco que este hombre se enfrentaba a los agentes. Ya había sido detenido en otras ocasiones por otros delitos de daños, desobediencia y atentado a agente de la autoridad. Tras las diligencias oportunas y habituales volvió a pasar a disposición del Juzgado de Guardia, que le dejó en libertad con cargos.

Así rompió las ventanas el asaltante de la Gota de Leche en Gijón

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