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Los niños gijoneses llenan calles y parques aprovechando la tregua de la lluvia para estrenar sus regalos de Reyes

"Es que fui muy buena, y en el cole, también", aseguró una de las pequeñas

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Ambiente el día de Reyes en las calles de Gijón Marcos León

Las terrazas, parques y paseos de la ciudad se llenaron aprovechando la tregua que dio el temporal. El día, soleado aunque frío, impulsó a los más pequeños de las casas a salir a la calle a estrenar los regalos que Sus Majestades de Oriente, con gran acierto, les habían traído. Regalos más tradicionales como peluches, juegos de mesa, bicicletas o coches teledirigidos se entremezclaban ayer en la villa de Jovellanos con drones, teléfonos o tablets. Todo ello, siempre acompañado de una sonrisa que se ve incluso debajo de la mascarilla. Como la de la pequeña Olaya Jambrina, de 2 años, que no daba abasto a abrir cajas de regalos en el parque de Begoña. Apenas abría un presente, ya lo dejaba atrás para centrarse en otro, presa de la ilusión.

En el paseo de Begoña, todas las miradas se fijaban este mediodía en Chloe Pascual, de 7 años. La niña pasea el que sin duda es su regalo favorito de cuantos le trajeron los Reyes Magos: un elegante carricoche de juguete. “Es mi preferido; me lo trajeron en casa de mi abuela”, confirmaba la pequeña. En el interior del carro, sus dos muñecas preferidas, Ani y Cuqui, que ayer visitaron todo el centro de la ciudad. Al presente estrella se suman muchos otros: libros, una casita de muñecas con accesorios... “Es que fui muy buena, y en el cole, también”, remarcó la niña, que a las nueve de la mañana estaba ya en pie para abrir los regalos y así poder, después, pasar por casa de sus abuelos a recoger el resto de la cosecha.

Algunos regalos necesitan práctica para aprender a manejarlos. Como el monopatín que Carlos Velásquez, de 6 años, se encontró bajo su árbol de Navidad. Los Reyes Magos, sabios como son, acompañaron el presente de un llamativo casco, rodilleras, coderas y demás elementos de protección. “Me trajeron tantas cosas que ni siquiera las puedo contar”, enfatizó el pequeño subido a su monopatín, el regalo que más ilusión le hizo. “Estoy aprendiendo, aún no lo tengo controlado del todo”, explicó Velasquez, que suma pequeños traspiés con grandes logros sobre el patín, “poco a poco aprenderé todos los truquillos”. Entretenido estaba también el pequeño Javier Carrasco que, con sus apenas dos años, ya comenzaba a recorrer sus primeros metros a bordo de su flamante nueva bicicleta azul, cortesía de Sus Majestades de Oriente.

Como aprendió también Fabián Enrique Escalante, de 12 años, a manejar su dron. “Llevaba muchos años pidiéndolo, por lo menos desde que tenía 5 años, pero nunca me lo traían”, rememoró el niño, a los mandos del aparato, “aunque nunca me ponía triste, porque siempre me regalaban muchas otras cosas, pero este año por fin me llegó”. Sin embargo, la alegría completa llegó este año, al abrir el papel de regalo que cubría el dispositivo, al que va progresivamente cogiendo el tranquillo, consiguiendo volarlo cada vez más tiempo y más distancia. “Voy con cuidado, no porque se me pueda romper, sino para no hacer daño a nadie”, explicó, acompañado de su hermana Leire Alonso, de 6 años, a la que Sus Majestades le trajeron “un perro con un pelo largo de arcoíris”.

En la pista de fútbol junto al parque, quien más sobresalía era Gonzalo Pérez, de 8 años, “casi 9”. ¿El motivo? Su flamante equipación del Sporting, con el 10 a la espalda y su nombre que le regalaron los Reyes Magos, junto con las botas de Messi, que también estrenó, el balón de LaLiga, dos libros de “Los Futbolísimos” y el chubasquero también del club rojiblanco. “Me gusta mucho el fútbol”, confirmó el niño por si quedaban dudas, “y juego en La Asunción”. Su otro deseo, compartido por su padre, “poder volver pronto a El Molinón a ver los partidos”. Junto a él, su hermana Malena, dos años mayor, celebraba que Sus Majestades le hubieran ayudado con el cambio de armario. “Me trajeron un abrigo, una sudadera, una falda, pendientes, una camiseta, gafas....”, recapituló. Unos regalos que todos los niños aprovecharon gracias a que la lluvia dio tregua, permitiendo una mañana de Reyes soleada para estrenar nuevas ilusiones.

En Avilés, pocos niños

Pocos fueron los pequeños avilesinos que estrenaron ayer en la calle los juguetes con los que les obsequiaron por su buen comportamiento los Reyes Magos de Oriente. El frío intenso que acompañó al día de la ilusión por excelencia, marcado este 2021 por las restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, menguó la presencia en las calles avilesinas de los más pequeños de la casa con sus obsequios. El sol, oculto durante todas las celebraciones navideñas, animó el vermú y acompañó a quienes guardaron cola en las confiterías en busca de los últimos roscones.

El 6 de enero fue el día más largo del último año para las hermanas Vega y Nora Sánchez. A las cuatro de la madrugada ya estaban tocando diana para comprobar si Melchor, Gaspar y Baltasar ya se habían paseado por Valgranda y el Nodo a dejar sus encargos. Tocó esperar unas horas más, pero con el alba llegó la recompensa. Una moto, paraguas, plastilina... Y gritos de felicidad por los deseos cumplidos. 

Alba y Laila Palacios con sus muñecas Mara Villamuza

También fue el de ayer un día de euforia para los hermanos Alex y Eric Bartsch. Los Magos dejaron junto a sus zapatos todo lo que habían pedido en sus cartas:el guante de Thanos, un playmobil de dinosaurios, dos videojuegos, el juego de mesa “La joya de la serpiente” y los cinco libros de la saga de Harry Potter. En casa de los abuelos les esperaba ayer por la tarde otra sorpresa. 

Fue ayer también el último día de compras en la XXI Feria d’Advientu de la pista de La Exposición, en la que participaron una veintena de puestos de productos artesanales, joyería, cuero, decoración y turrones. También se despidió la XIIExposición colectiva de belenes, que estuvo repartida esta Navidad en seis escaparates del casco urbano avilesino. El Recinto N’Avilés, en la pista de La Exposición, permanecerá abierto hasta el próximo domingo con su carpa de actividades y la pista de hielo con tobogán.

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