La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El asesino confeso de Lorena Dacuña era “consciente” al cometer el crimen

Pese al consumo de alcohol y drogas, no tenía afectadas sus capacidades en vista de los “múltiples detalles” que ofrece de ese día, según los forenses

José Manuel Sánchez Merino, a punto de subir al furgón que le trasladó a prisión.

José Manuel Sánchez Merino, el asesino confeso de la gijonesa Lorena Dacuña, era plenamente consciente de lo que hacía cuando asestó veinte puñaladas a su expareja en el domicilio en el que ella vivía, en la calle Callao, en La Calzada. Esta es la conclusión a la que llegan los médicos forenses en su último informe aportado a la causa y al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, donde defienden que, pese al consumo habitual de alcohol y drogas de este camarero gijonés de 50 años, no tenía afectadas “sus capacidades cognitivas, intelectivas, ni volitivas” en el momento de los hechos, lo que le convierte en una persona perfectamente imputable. De esta forma, Sánchez Merino, que tampoco presenta “patología mental alguna”, se sentará en el banquillo de los acusados para responder frente a un jurado popular por el asesinato de la limpiadora gijonesa, de 41 años.

El informe emitido el pasado mes de octubre desde el Servicio Interdisciplinar de Atención a las Drogodependencias (SIAD), que confirmó “el consumo perjudicial de alcohol y cocaína de manera persistente” del autor confeso del crimen de Lorena Dacuña, motivó que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón, al frente de la instrucción, dictase una providencia para que el equipo médico forense realizase un informe sobre la imputabilidad de Sánchez Merino, que actualmente se encuentra en prisión preventiva en el Centro Penitenciario La Moraleja, en Dueñas, Palencia. Ese informe, que se fundamenta “en los múltiples detalles” que ofrece de la noche del crimen, sirve para confirmar que el acusado es perfectamente procesable y no quedará exento de responsabilidad penal por este crimen machista que supuestamente cometió. Se trata, además, del último informe trascendente de la instrucción antes de transformar la causa en tribunal del jurado. A partir de ahí será el momento de que las acusaciones y las defensas califiquen los hechos.

Sánchez Merino fue detenido en una habitación que tenía alquilada en la calle San Luis tres días después de asestar una veintena de puñaladas a la que fue su pareja sentimental durante alrededor de ocho años cuando la sorprendió llegando a su casa en compañía de otro hombre. Este último individuo huyó de allí al toparse con el camarero gijonés (cuando declaró dijo que pensó que era el marido y se fue) que llegó dando voces. El investigado llevaba un cuchillo que se rompió por el mango, y decidió ir hasta la cocina a por otro de grandes dimensiones –un cuchillo de 32 centímetros de largo y 19 de hoja, según el informe de la Policía Científica– con apuñaló a Dacuña, que trató sin éxito de arrebatarle el arma. Eso motivó que la víctima tuviese heridas que “pueden considerarse como causadas en un mecanismo de defensa y lucha”, reveló la autopsia.

El procesado continúa recluido en prisión, desde donde escribió una carta para pedir perdón por el crimen a la familia de su víctima, que le acusará de un delito de asesinato cuando llegue el momento. LA NUEVA ESPAÑA accedió en febrero, en exclusiva, a toda la investigación policial de este crimen machista.

El crimen machista

El acusado.

De 50 años y antecedentes por delitos de violencia de género a otras parejas. Está en prisión preventivas tras el crimen.

Consciente.

El forense sostiene que pese a la ingesta habitual de drogas y alcohol, el investigado era consciente de lo que hacía. 

Prisión.

El camarero gijonés cumple prisión preventiva desde que fue detenido poco después del crimen, en febrero de 2020. 

Compartir el artículo

stats