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El asesino de Lorena Dacuña confiesa de nuevo

El procesado, durante su entrevista en prisión con los forenses, reconoce que siguió a su expareja al verla con otro hombre, un relato “incompatible con una amnesia derivada de la intoxicación”, según los expertos

Concentración en la plaza Mayor, en febrero del año pasado, tras el crimen machista de Lorena Dacuña. Ángel González

Los “múltiples detalles” que José Manuel Sánchez Merino, asesino confeso de la gijonesa Lorena Dacuña, recuerda de la madrugada del crimen son los que han llevado al equipo forense a emitir un informe, cuyas conclusiones desveló ayer LA NUEVA ESPAÑA, que confirma que el investigado era plenamente consciente de lo que hacía cuando asestó veinte puñaladas a la que fue su pareja sentimental durante ocho años en su casa del barrio de La Calzada. ¿Qué detalles? “Preguntado por los hechos por los que se encuentra encarcelado explica que ‘había consumido mucho alcohol y cocaína’, y que acuchilló a su pareja. En su relato cuenta cómo sabía que su ex tenía una nueva pareja, cómo los siguió la noche de autos a su casa, subió las escaleras, se rompió el cuchillo que llevaba, etc., y cómo se escondió hasta que a los tres días fue detenido por la Policía”, señalan los médicos. Es por ello que los forenses concluyen que el camarero gijonés, de 50 años, “no presenta alteración alguna de sus capacidades intelectivas, cognitivas ni volitivas”. Ni durante la entrevista personal, realizada en la mañana del pasado 21 de diciembre en el Centro Penitenciario “La Moraleja”, en Dueñas, Palencia, ni tampoco “en el momento de los hechos”.

El informe forense destaca “la buena ordenación cronológica” de los acontecimientos que le suceden a José Manuel Sánchez Merino, que aguarda en prisión a enfrentarse al jurado popular que determinará su futuro. Es más, resaltan que, además de ser “conocedor de sus actos”, en vista de la descripción que él mismo ofrece, también lo es de las consecuencias que de ellos deriven. Cabe recordar que el camarero gijonés confesó los hechos ante los agentes de la Policía Nacional, aunque después no declarase ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer.

Tanto en Comisaría como ante los forenses insiste Sánchez Merino en que sus sospechas de que Lorena Dacuña tenía una nueva pareja le llevaron a coger un autobús en dirección a La Calzada después de haber estado consumiendo cocaína y bebiendo alcohol en la zona de Fomento. Vuelve a incidir también que, al verla en compañía de otro hombre (al ella conoció esa misma noche en un karaoke del barrio), decidió seguirles hasta el piso de la calle Callao. Y repite de nuevo que subió por las escaleras para esperarles a la puerta del domicilio, momento en el que se abalanzó sobre ellos cuando Dacuña abrió la puerta. Hasta mantiene que se rompió el cuchillo que llevaba en la mochila y fue a la cocina a por otro. “Este relato con múltiples detalles no es compatible con un episodio de amnesia derivado de intoxicación aguda y/o síndrome de abstinencia por consumo de tóxicos”, describen los expertos.

El informe de los forenses, que figura ya en la causa y ha sido notificado a las partes implicadas en el procedimiento, acerca el caso al final de la instrucción, que podría darse por concluida en los próximos meses.  LA NUEVA ESPAÑA accedió en febrero, en exclusiva, a toda la investigación policial de este crimen machista.

Los asuntos en el Juzgado de Violencia vuelven a subir un año más

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón ha vuelto a superar este 2020 los 1.300 asuntos penales, lo que confirma la tendencia al alza que cada año se viene registrando en este juzgado, uno de los que mayor carga de trabajo asume de toda España. Los motivos de este nuevo aumento están en que cada vez se denuncian más los casos de violencia de género y que existe un mayor número de avisos por parte de vecinos y ciudadanos que se encuentran con escenas en plena calle y optan por alertar a la Policía. Este año, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Jesús Chamorro, reflexionó la necesidad de crear un segundo juzgado de Violencia en Gijón, algo “deseable”, explicó en una visita a las instalaciones el pasado mes de octubre.

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