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Los carriles que dividen a El Coto: así vive el barrio la posible supresión de espacio para coches en Balmes y Cienfuegos

El barrio reclama más plazas de aparcamiento y recela de los cambios en dos importantes calles: “Habrá quien siga parando donde no se puede”

La calle Cienfuegos. Al fondo, la calle Balmes.

Iván Reigal tiene 27 años y trabaja como repartidor desde que cumplió los 18. Ayer, estacionó su vehículo sobre la acera de la calle Cienfuegos, frente a una popular sidrería, para dejar su mercancía. “Es que no hay otra. No tengo donde dejar el camión”, explica. El joven recela de la idea que sopesa el Ayuntamiento de eliminar un carril en esa vía y la calle Balmes para “facilitar” el tránsito. Y, como él, hay un nutrido grupo de vecinos en el barrio a los que la medida que impulsa la concejalía de Movilidad no les hace ninguna gracia. “El problema es que faltan aparcamientos en todo Gijón”, afirman.

Así lo cree Ramón Areces, que ayer daba buena cuenta de una botella de sidra en un chigre del barrio. A sus 70 años, el plan le pilló a contrapié. “Viendo lo que han hecho en el Muro... cómo para fiarse”, dice. “Creo que, aunque haya un carril, se va a seguir aparcando en doble fila”, añade. Unas mesas más atrás le secunda José Antonio Acosta, un jubilado de 64 años. “Dejar un carril en Balmes y Cienfuegos no va a beneficiar a la gente. Lo que hacen falta son aparcamientos”, afirma.

Cabe destacar que, a pesar de los recelos vecinales, el Ayuntamiento no se plantea suprimir plazas ni en Balmes ni en Cienfuegos. También se mantendrían tramos con doble carril en las intersecciones de las calles, de las más largas de El Coto, con otras vías.

Sí que hay vecinos y comerciantes que secundan la propuesta, que, como todo lo que tiene que ver con Movilidad en Gijón, no pasa desapercibida y genera intensos debates. Javier Moro, el dueño de un taller en Cienfuegos, tiene sus dudas. “Me complicará la vida, porque al salir los clientes tienen que ponerse en doble fila. Pero si lo hacen, ojalá sea para mejor”, dice. Rocío Suárez, que lleva tiempo al frente de una tienda de paraguas en esa misma arteria, apoya el plan sin fisuras. “Se deben ensanchar las aceras y mantener los aparcamientos a toda costa”, comenta. María Ángeles González regenta una tienda de reparación de televisores desde 1991 en la zona. “Se forman muchos atascos por la gente en doble fila. Hay días tremendos en los que el autobús ni pasa”, abunda.

La pelota también está en el tejado de la Asociación de Vecinos de El Coto, que preside Christian Guisado. Dice el líder vecinal que cimentará su postura, previa consulta a los residentes del barrio. “Si facilita la calidad de El Coto, será bienvenido; si no, tendremos que mediar”, zanja Guisado sobre una medida que, sin ser firme, ya es polémica.

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